Estos últimos meses (y los siguientes) ando enzarzada en un trabajo sobre Tim Burton, por lo que me he podido dar cuenta que cuando buscas información sobre cine, adaptaciones, monstruos, lo fantástico y lo gótico, tarde o temprano acabarás cruzándote con Sara Martín Alegre. Sara Martín es profesora de literatura inglesa y estudios culturales en la UAB y en la UOC y está especializada en estudios góticos, adaptaciones cinematográficas, masculinidad y la definición de lo popular. Entre los libros en los que ha trabajado, hoy quiero destacar Siete relatos góticos. Del papel a la pantalla, una antología (editada por Jaguar) de cuentos adaptados al cine dentro del marco de la ficción gótica anglosajona de entre 1818 y 1937 (las adaptaciones cinematográficas correspondientes son de entre 1932 y 1999).
Sara Martín defiende que el relato corto y la película tienen mucho más en común que la película y la novela (que es lo primero que nos viene en mente cuando pensamos en una adaptación): están pensados para ser disfrutados de una sola sentada y en un tiempo que no suele sobrepasar las tres horas y ponen un gran énfasis en lo visual, pero no permitiendo que el lector se distraiga de la trama.
El título no engaña: en este libro te encontrarás con siete relatos con sus respectivas fichas que te informarán de quién, cuándo y cómo fueron transformados estos relatos en películas. Además te hablará de las semejanzas y diferencias entre originales y adaptaciones, así como de su recibimiento por parte del público. Además de estas fichas, también encontramos un prólogo de Antonio Ballesteros y una introducción de la propia Sara Martín, ambos muy interesantes.
Los relatos que encontramos son:
- La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving. Éste es el relato más famoso gracias a la adaptación de Tim Burton. Sin embargo, al leerlo nos damos cuenta de que la película poco tiene que ver con el relato original, del que sólo toma algunos nombres de personajes e imágenes como el jinete decapitado o el árbol. Aún siendo el más conocido es el que se hace más pesado de leer por lo lenta que avanza la acción y la poca empatía que despiertan los personajes.
- Un incidente en el Puente del Arroyo del Búho, de Ambrose Bierce. Cuenta los momentos previos a la ejecución de un ahorcado y cómo éste consigue escapar. Tiene un final inesperado que da interés a un conjunto que de otra forma no lo tendría.
- La historia de Hoichi el Desorejado, de Lafcadio Hearn. Historia ambientada en Japón de cómo unos fantasmas engañan a un ciego y cómo el desafortunado se libra de ellos.
- El arte de echar las runas, de M. R. James. Es una historia realmente tensa e interesante sobre una maldición y que te deja enganchado a las páginas del libro esperando ver cómo se libra de ésta el protagonista.
- Espuelas, de Clarence Aaron “Tod” Robbins. Éste es el relato que inspiró a la conocida película La parada de los monstruos. Habla de humillación, odio y venganza; y, aunque estos temas se mantienen, son tratados de formas tan distintas en el papel y el celuloide que incluso llegan a cambiar en cierto modo con qué personajes empatizamos más. Mucho mejor el relato escrito a mi parecer, aunque la película no tenga ningún desperdicio.
- La presa más peligrosa, de Richard Connell. Éste es el relato que más me ha gustado. Está realmente muy bien narrado, sobre todo en la parte de la caza. Un marinero le cuenta a un cazador en alta mar que están cerca de una isla que los más supersticiosos temen. Cómo no podía ser de otra forma, el cazador sufre un incidente y cae al agua, yendo a parar a la susodicha isla y descubriendo el motivo del temor.
- El Diablo y Daniel Webster, de Stephen Vincent Benét. Es una de esas historias en las que alguien hace un pacto con el Diablo, pero que a la hora de hacer el pago se echa atrás e intenta deshacer el trato.
Los relatos están traducidos por la propia Sara Martín, quién también ha hecho la recopilación. El resultado es un buen trabajo, con una gran documentación y una cuidada edición y traducción. Es ideal para leer un cuento al día (sobre todo para aquellos que no tienen tiempo): la mayoría de ellos no te tomarán más de una hora.