El invierno del dibujante, de Paco Roca

elinviernodeldibujanteYa hablé de El invierno del dibujante (Astiberri), que quiero leer desde que vi algunas de sus páginas en la exposición “Paco Roca. Dibujante ambulante”. Paco Roca me enamoró a mí y a muchos más con Arrugas, novela gráfica con la que mostró una gran sensibilidad y una capacidad narrativa excepcional.

La historia se sitúa en 1957 y 1958 en la Barcelona triste y oscura de posguerra y gira en torno a la relación entre la editorial de historietas infantiles y juveniles Bruguera y sus dibujantes. Estos, atrapados en unos contratos leoninos, cobraban a tanto por página o por viñeta y perdían los derechos de autor sobre los dibujos y personajes en el momento en que recibían la paga. Los dibujantes no eran considerados artistas, sino peones de una fábrica. En 1957, los mejores dibujantes de la editorial (Giner, Escobar, Cifré, Peñarroya y Conti), hartos de la situación, deciden crear su propia revista. Y así es como nace Tío Vivo, un semanario orientado a un público más adulto. No obstante, la editorial Bruguera consigue asfixiar a la nueva revista  hasta que los dibujantes se ven obligados a volver y a venderla a la editorial.

Se nota el trabajo exhaustivo de documentación que ha realizado Paco Roca, quien nos explica con detalle una historia que no ha vivido, en una época que no ha conocido y en una ciudad que no es la suya. La estructura narrativa es también muy acertada, pues divide la acción en dos líneas temporales: verano de 1957, momento en el que los dibujantes empiezan su proyecto con ilusión, e invierno de 1959, cuando vuelven a la editorial tras su fracaso. Estas dos partes quedan muy diferenciadas gracias al color de las páginas, con una luz más amarillenta en verano y más azulada en invierno, momentos que coinciden con el estado de ánimo de los protagonistas.

El cómic habla de la lucha por la dignidad usurpada por el franquismo y de atreverse a tener aspiraciones en un entorno gris y asfixiante, aunque éstas terminen en derrota. Los diálogo son muy creíbles y el dibujo meticuloso, por lo que he disfrutado muchísimo cada página de esta crónica costumbrista. La lucha por dirigir su propia vida es una metáfora de la lucha incipiente contra el franquismo. Es un relato descorazonador, contado con mucho cariño.

El personaje del señor González, el odiado director de redacción de la editorial, es uno de los más interesantes, pues en él vemos la soledad de un hombre que tuvo que renunciar a sus sueños al ser represaliado por su trabajo como periodista. Su puesto en la editorial lo convierte en alguien odiado por los dibujantes y cada vez más alejado de su familia. Su fracaso es premonición de la derrota de los artistas.

Aunque no he vivido ni de lejos estos años, lo cierto es que he leído desde pequeña las historietas de revistas como TBO, Pulgarcito o Tío Vivo, gracias a algunos que seguían en las estanterías de casa de mis abuelos o en la biblioteca donde iba a hacer deberes cada tarde. Es por eso que realmente me hacía mucha ilusión leer la historia de los dibujantes de personajes como Carpanta, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón y el Capitán Trueno. Si habéis crecido con estos personajes y os gusta el cómic, salid corriendo a vuestra librería o biblioteca más cercana y haceos con un ejemplar de esta obra maestra. No os decepcionará.

 

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3 comentarios sobre “El invierno del dibujante, de Paco Roca

  1. A mí me encantaban Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón. No sabía que una editorial tan importante como Bruguera, con publicaciones que forman parte de nuestra infancia, tratara así a sus trabajadores…

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