Italo Calvino fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. De él leí en la carrera algunos pasajes de Las ciudades invisibles y quedé totalmente prendada. No sé por qué no volví a leer nada de él hasta ahora, que llegó a mis manos un ejemplar de El barón rampante, editado por Siruela.
El barón rampante se inserta dentro de una trilogía que da lugar a la etapa del autor conocida como “fantástica”. La trilogía I nostri antenati (Nuestros antepasados) la componen tres libros (El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente) que tratan de hacer una representación alegórica del hombre contemporáneo. No es que los libros formen parte de una misma historia, por lo que se pueden leer por separado sin problemas. Lo que comparten es, sin embargo, un mismo espíritu.
La historia es muy divertida. Comienza en un día de verano de 1767, en el que Cosimo Piovasco, el joven heredero del título de barón de Rondó, se rebela contra su progenitor y sube a un árbol del jardín. Ese mismo día conoce a la hija de los marqueses de Ondarivia, que lo reta a no bajar nunca más de los árboles. Desde entonces, Cosimo permanecerá fiel a su propia norma el resto de su vida. Así es como Cosimo crea una identidad para sí mismo, diferenciada del resto de personas, manteniéndose dentro y a la vez fuera de la sociedad. Vivimos sus aventuras y observamos el ingenio con el que vence las adversidades gracias a su hermano pequeño, que es quien narra la historia.
El protagonista de El barón rampante es el alter ego del autor. Italo Calvino creía que el hombre contemporáneo necesitaba desvincularse de los condicionamientos ideológicos y políticos, de las ideas preconcebidas y de las imposiciones intelectuales. Y eso es lo que hace Cosimo al subir a los árboles.
Éste es un buen libro, muy bien escrito y con una historia que sorprende. Puede hacerse pesado tanto por el lenguaje, que intenta emular el propio de finales del siglo XVII como por lo repetitivas que son algunas escenas que tratan de mostrarnos cómo el protagonista supera cada una de las dificultades que acarrea su peculiar modo de vida. Pero esto queda de sobra compensado con escenas realmente muy divertidas.
Es un gran libro. A mi me habló sobre la determinación de un hombre en mantenerse fiel a si mismo. Lo recomiendo mucho.
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