¿De cuántas formas distintas puede ser contado un hecho? Como mínimo, tantas como puntos de vista, testigos o participantes, haya sobre este hecho. Esto es lo que trata de indagar Juan José Saer en Nadie nada nunca, que edita de forma impecable Rayo Verde.
En el libro no pasa mucho y a la vez ocurren muchas cosas. Es verano y el calor y la sequía asfixian el pueblo de Argentina donde ocurre la acción. En medio de esta atmósfera desesperante, aparece un asesino en serie de caballos, que deja a los habitantes de la zona tan descolocados como al lector. A Gato Garay, que vive algo apartado del resto, se le confía el cuidado de un caballo, para protegerlo del asesino. La historia,que toma tintes de novela policíaca y erótica, sin ser ni una cosa ni otra, se nos cuenta en primera persona, en tercera, tomando primero a un personaje como protagonista, luego a otro, etc.
No quiero engañar a nadie: leer este libro me ha costado mucho. Tedio es la sensación general que produce, pero no porque esté mal escrito, sino todo lo contrario. Porque precisamente esto es lo que pretende el autor. La historia no sólo no avanza, sino que se detiene, vuelve atrás y se repite. De hecho, lo importante no es lo que ocurre, sino como está contado. Y aunque reconozco el enorme talento narrativo de Juan José Saer, lo cierto es que el hecho de ir leyendo páginas y que no pase nada me angustia por la gran concentración que requiere por mi parte. Me ha agotado la paciencia. Leerlo y terminarlo ha sido todo un desafío que tan sólo he disfrutado en momentos muy concretos.
Es un texto muy descriptivo. Cada canto de la naturaleza, cada corriente de aire, cada gota de sudor, cada movimiento de la cola del caballo y cada ruido de coche es descrito minuciosamente desde diversos puntos de vista. La desidia, la repetición, la monotonía y el bochorno veraniego empapan toda la obra.
El libro requiere mucha concentración y es fácil que la mente se te vaya hacia otro lado, por lo que se lee con cierta dificultad. Creo que este no era mi momento para este libro, así que me lo apunto para volverlo a leer de aquí a unos años, con más paciencia. Desde luego, no es un texto para cualquier tipo de lector. Si eres de los que sabe apreciar la forma y la estética por encima del contenido, adelante. Te encontrarás con un libro excelentemente escrito y quedarás prendado con las imágenes que describe tan minuciosamente.