Probablemente nunca hubiera leído este libro si no fuera porque para el reto del Summerthon tenía que leer un libro relacionado con el verano. La verdad es que en mi mente no tenía ningún libro que quisiera leer y que estuviera relacionado con el verano y me tuve que poner a buscar, pero todo lo que veía me parecía cutre. Al final me decidí por éste porque vi que en algunos blogs hablaban bien de él. Sin embargo lo tomé con escepticismo. Y menos mal, porque sino me habría llevado un chasco. Hablamos de Amy y Roger, de Morgan Matson y lo publica la Editorial Plataforma, que, personalmente, no conocía pero veo que básicamente publica novelas juveniles románticas.
No quiero decir que sea un libro horrible, que me haya costado un montón de leer ni que esté mal escrito. Pero sí que me parece previsible y que no aporta nada. Es como una película romántica de domingo por la tarde, de estas que parecen intercambiables entre sí. Pasas un rato entretenido, pero al fin y al cabo es fácilmente olvidable.
La protagonista es Amy. Tras la muerte de su padre todo se ha torcido en su vida. Su hermano gemelo está en rehabilitación tras tontear un poco demasiado con las drogas y su madre ha decidido mudarse a la otra punta de Estados Unidos. Así que Amy lleva un mes demasiado sola en casa, demasiado deprimida y sintiéndose demasiado culpable. Porque ella se siente culpable de la muerte en un accidente de coche de su padre y por eso mismo cree que la han dejado sola. Un día su madre le dice que tiene que venir con ella a la otra punta del país en coche porque van a vender el piso. Como ella ahora tiene miedo a conducir, lo llevará el hijo de una amiga: Roger, un chico guapísimo, magnífico y perfecto, pero con sus propio problemas.
Sin embargo, Roger no tiene intención de seguir la ruta marcada, quiere que eso sea un auténtico road trip, así que convence a Amy para dar un rodeo.
El final es previsible desde el inicio: todos sabemos que Roger va a cuidar de Amy, que se curarán las heridas mutuamente mientras se van enamorando y que al final Amy se reconciliará con su familia, consigo misma y volverá a conducir. No es spoiler: incluso lo pone en el subtítulo de la portada. Y teniendo en cuenta que la información se da poco a poco para crear intriga, resulta ridículo que en realidad lo podamos imaginar todo con sólo leer los primeros capítulos.
Como digo es una lectura ligera y agradable, pero absolutamente prescindible. Si bien es cierto que me ha gustado poder hacerme una idea de algunas diferencias entre algunos de los estados de Estados Unidos (el libro te deja con ganas de viajar), los personajes son estereotipos básicos nada trabajados. Una chica responsable e insegura que deber superar un trauma a la vez que aprende a revelarse y un chico algo mayor y guapísimo que tiene también sus propios traumas pero que aún así la cuida casi de forma paternal. Todo lleva sin remedio al happy ending facilón de este tipo de novelas. Ideal si tienes 13 años.
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