Compré Cuando yo tenía cinco años, me maté, de Howard Buten, hace casi medio año y, aunque me llamaba mucho la atención, lo cierto es que se ha ido quedando atrás y atrás en mi lista de lecturas. Pero finalmente este fin de semana decidí ponerme con él de una vez. La edición de Blackie Books es súper bonita. Está muy cuidada y, de hecho, las tapas son de ellas que como más usadas estén, más bonitas se van a ver. ¡Así sí que vale la pena comprar libros en papel!
Cuando yo tenía cinco años, me maté es una novela que narra en primera persona la historia de Burt, un niño de 8 años muy especial. Burt se encuentra en un Centro de Internamiento Infantil por lo que le hizo a Jessica, una chica de la escuela de la que está enamorado. El libro te lleva a intentar entender a Burt, a descubrir hasta qué punto está o no enfermo y qué es lo que le llevó a hacer lo que sea que hizo a Jessica. La duda entre si Burt es un niño normal o un psicópata se mantiene a lo largo de todo el libro y pone en duda el concepto de normalidad que, en términos psicológicos, es tan difícil de definir.
El libro, como he dicho, está narrado desde el punto de vista del niño. Así pues, usa un lenguaje y una construcción de las frases infantil. Del mismo modo, solamente conocemos los pensamientos de los adultos mediante cartas o informes escritos. Es un libro fácil de leer, pero no por ello es sencillo, sino que tiene una profundidad que pocos libros tienen. Os lo recomiendo. Es una historia tierna y triste, con momentos muy divertidos. El argumento sorprende, atrae y engancha. Te lleva a hacerte más y más preguntas y a esperar sentado para ver como se resuelven.