Como muchos sabréis, tras leer la primera parte de El corredor del laberinto, de James Dashner, me quedé con muchas ganas de leer la segunda parte, Las pruebas, que edita también Nocturna Ediciones.
Parecía que resolver el laberinto era lo más importante, que, después de eso los chicos se habían ganado el premio de descansar tranquilos una temporada, volver con sus familias y vivir una vida normal. Sin embargo, al despertar al día siguiente, cosas extrañas vuelven a sucederse y, antes de que se den cuenta, se hallan inmersos en la siguiente prueba.
El mundo al que vuelven es un planeta asolado, árido y quemado por el sol. Gran parte de la tierra se ha convertido en un territorio inservible, sin recursos y con pocas posibilidades de supervivencia. Por si esto fuera poco, un virus se ha ido propagando y gran parte de los habitantes del planeta se encuentran infectados. El virus en cuestión lleva a los infectados poco a poco a la locura. Para evitar la propagación del virus, a los infectados se los lleva a las peores zonas del planeta.
Al comenzar la prueba se les informa de que todos ellos están infectados, pero que existe una cura. Para conseguirla, tienen que llegar a un refugio, atravesando un desierto y una ciudad llena de infectados.
La historia engancha, pues siempre estamos esperando ver cómo se resuelve todo. La sensación en este libro es que no se resuelven demasiadas dudas de las que teníamos, pero se van generando nuevas. Esto me de miedo, espero que la tercera parte esté a la altura y lo resuelva todo de una forma digna.
Una pega que le veo a este libro (ya se veía en la primera parte, pero no era tan descarado) es que hay un grupito de “líderes” y todo el resto simplemente actúan como masa. Ni siquiera sabemos sus nombres. Pero a la vez se insiste en que todos ellos son especiales porque son los que han logrado sobrevivir. Creo que hace falta un poco más de participación de los secundarios. Por si fuera poco, la importancia de personajes como Minho y Newt decrece a favor de la de Thomas. Personalmente, he echado de menos al Newt del primer libro.
En cuanto a los nuevos personajes, tenemos a Aris, un chico que no aporta mucho, pero cuya aparición está justificada (y creo que puede cobrar importancia en el próximo libro), a Brenda, una chica que se me hace muy pesada y que se encarga de añadir hormonas al libro, y a Jorge, que parecía que iba a dar más de sí.
El final es repentino y estresante y te deja con ganas de seguir para saber cómo va a terminar todo. El libro lo he disfrutado mucho, pero no tanto como el primero. A ver si puedo leer el tercero pronto…