Que sí, que llego tarde, que las fiestas han terminado ya. Pero algunos somos nostálgicos y amamos los ornamentos rojos, blancos y verdes y aún nos resistimos a dejar de lado el chocolate y el turrón. Si a ti también te gusta la Navidad, tienes derecho a alargarla un poquito más. Y no se me ocurre una manera más tierna de hacerlo que con la compañía de estos adorables precocinados que protagonizan el último cómic de Ana Oncina: Una Navidad con Croqueta y Empanadilla (Ediciones La Cúpula).
En este cómic se mantiene el clima romántico y adorable que ya conocimos en el primer tomo. Asistimos así a la cotidianidad de la vida de esta pareja, esta vez durante el mes de diciembre y todo lo que conlleva: el frío, la pereza de ir a comprar regalos, la tentación de los dulces, los catarros, el incumplimiento de propósitos… Mientras lees te vas reconociendo en cada una de las viñetas y no puedes evitar sonreír de oreja a oreja o, incluso, soltar de vez en cuando una carcajada.
Leyendo las aventuras cotidianas de Croqueta y Empanadilla me siento bien. Entro en un mundo en el que me siento cómoda, relajada y feliz. Si buscas una lectura que te transmita estas sensaciones te lo recomiendo.