Estos días he estado leyendo un clásico infantil de esos que conocemos todos gracias a Disney. Yo tenía pendiente leer Peter Pan desde hace tiempo y cuando vi la edición tan bonita de Puffin Books me dije a mi misma que era el momento de ponerme a ello. He aprovechado que era un libro infantil para leerlo en idioma original y así ir practicando la lectura en otras lenguas.
El libro comienza igual que la película: Wendy, John y Michael son los hijos de los Darling. Wendy cuenta historias a sus hermanos sobre una isla con piratas, sirenas e indios y sobre un niño que no quería crecer, cuyo nombre era Peter Pan. Peter Pan acostumbra a escuchar los cuentos de Wendy desde la ventana, hasta que un día pierde la sombra. Wendy la guarda en un cajón y, cuando al día siguiente Peter Pan viene a buscarla, se despierta y le cose la sombra. Peter Pan ve en ella la madre ideal para los niños perdidos, así que se lleva a los tres hermanos volando hasta el País de Nunca Jamás, que es la isla de la que Wendy hablaba en los cuentos.
El País de Nunca Jamás es la representación de los mundo fantásticos con los que nos niños más pequeños sueñan en su infancia. Es un mundo que sólo existe si crees en él, en el que las cosas aparecen o desaparecen y las hadas viven o mueren según si crees en ellas. Peter Pan no es tan tierno y dulce como en la película, sino que es egoísta y tiene arrebatos que pueden poner en peligro a los demás, exactamente igual que cualquier niño pequeño. Es malcarado, soberbio y cruel con sus enemigos. No acepta que se le lleve la contraria.
No quiero descubriros mucho más porque a grandes rasgos todo el mundo conoce esta historia. Recomiendo mucho adentrarse en la novela para descubrir esta otra faceta de Peter Pan. El final es hermoso, amargo y melancólico. Muy adecuado al personaje y a la historia.
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