Si estás buscando una lectura ligera y fácil, mejor no te decantes por este libro. Hombre sobre una escultura, de Álvaro del Olmo Alonso (Rayo Verde Editorial) es una de esas novelas que es mejor que caigan en nuestras manos en el momento adecuado. Si no estamos receptivos, esto puede ser un desastre. Si lo estamos y sabemos cómo saborear este tipo de novela, adelante, leerlo puede ser una gran experiencia.
Nos encontramos ante una trama envolvente en la que es fácil perderse. Toda la novela es un monólogo interior que expone, de modo transparente, la interioridad del protagonista. Lo que nos cuenta es la historia de los amigos del protagonista y narrador Hércules Degard en su extraño intento de transformar la sociedad a través del arte.
El protagonista lee obras teatrales, opina y las califica. Y si embargo, se le escapan: no puede retener lo que lee. Esto le preocupa y, de la preocupación surge la necesidad de cambiar el mundo para vivir de forma trascendente. Hércules también visita exposiciones, que luego desaparecen. ¿Será esto parte de su locura o estará realmente ocurriendo?
Al relato de los hechos que nos cuenta Hércules se mezclan sus sueños, los textos que escribe y los diálogos con sus compañeros. Lo que puede parecer (y ser) confuso, con la atención adecuada se convierte en genial y consigue reflejar esa búsqueda de la transcendencia que el protagonista persigue continuamente.
Un libro fascinante, de calidad, divertido, profundo y absurdo que, sin duda, merece la pena leer.