Cada año, desde hace tres, Guy Delisle nos obsequia un tomo más de la Guía del mal padre. En 2015 fue, por tanto, el turno del tercero, que he podido leer recientemente. Podéis ver la reseña del primero y del segundo tomo clicando en los correspondientes enlaces.
Los tres tomos forman un conjunto divertido y lleno de mala leche, con un humor simpático a la vez que retorcido. A través de ellos, el autor narra las pequeñas historias que vive con sus hijos, quienes sufren las consecuencias de sus desastres. El adulto pierde su figura ejemplar, para ponerse a la altura de los niños (despistes, engaños, mala baba,…). Ni siquiera cuando quiere actuar como padre, su forma de enseñar a los niños escapa del sentido común.
Guy Delisle se presenta como un padre que no se siente del todo adulto y que se siente a gusto con los niños, porque es uno más entre ellos. Nos habla de la necesidad de no tomarse a uno mismo demasiado en serio, de no preocuparnos por lo que está fuera de nuestro control y la importancia de no dejarnos llevar por la ansiedad.