El libro del que os quiero hablar hoy no necesita presentación: se trata de Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes. Este libro lo he leído gracias en parte al propósito de leer más clásicos que me he hecho este año y, en parte, gracias al azar.
Hasta ahora, mi único acercamiento a Delibes fue en el instituto, cuando me hicieron leer El príncipe destronado. Esta historia nos narra un día en la vida de un niño pequeño que recientemente dejó de ser hijo único. No tengo la lectura muy fresca en mi mente, pero sí recuerdo que me gustó mucho ese libro.
¿Qué nos cuenta Delibes en Cinco horas con Mario?
La novela comienza cuando los familiares y amigos de Mario van saliendo del velatorio, dando el pésame y despidiéndose de su viuda, hasta que esta queda sola. Carmen, la viuda, toma la Biblia de su marido y lee los versículos subrayados. Cada una de las citas despertará en ella recuerdos y reflexiones. Entonces comienza un monólogo interior de cinco horas, que dirige a su marido, en el que recuerda su vida en común. Se trata de un monólogo lleno de reproches y frustraciones por todo lo que Carmen quería en su vida y Mario le negó. Vemos como ella a menudo carga en él las culpas para justificar sus propias faltas.
Las dos Españas: un matrimonio dividido
Las diferencias entre ambos son notables. Mario es un intelectual, escritor y periodista de izquierdas, ella una chica bien de derechas, con los estudios justos. Ella representa a la clase media alta, es de mira estrecha y mentalidad conservadora. Él, en cambio, es más liberal y representa la intelectualidad del país. Se trata claramente de una pareja con problemas de comunicación, ya que ella tiene muchas cosas pendientes de decirle. Y, ahora que por fin lo hace, él no puede escuchar ni responder.
Los reproches, como digo, son muchos. Ella quería un 600, él prefería ir en bicicleta. Ella quería hacer caridad, él terminar con la pobreza. Él quería escribir sobre temas sociales, ella hubiera preferido novelas románticas, que vendieran más. Ella quería tener varias doncellas, él prefería tener una con un salario digo. Ella quería que sus hijos pensaran de forma recta, él que fueran librepensadores. Y, por encima de todo, ella quería aparentar, mientras él buscaba ser libre. Ella siempre se sintió ignorada y frustrada.
Por qué me ha gustado tanto Cinco horas con Mario
Curiosamente, se trata de un texto repetitivo, pero en ningún momento desesperante. Los pensamientos de Carmen van y vienen, se relacionan entre ellos, se llaman unos a otros, se dejan y retoman y, a menudo, se expresan con las mismas palabras o fórmulas. Pero ahí está la genialidad de este texto, porque así es como pensamos cuando estamos dando vueltas a algo. Puede que a alguien se le pueda hacer pesado y, de hecho, creo que este no es un libro que debieran obligar a leer en los institutos. El ritmo de la narración lo marcan los recuerdos, los pensamientos, los reproches, y los silencios. A mí no se me ha hecho pesado y creo que es un libro genial y fácil de disfrutar si lo lees en el momento adecuado.
Me parece increíble como Delibes nos lleva por la historia usando una sola voz. La lectura se hace fácil gracias a la forma de expresarse tan coloquial y, a veces, graciosa. La profundidad psicológica de la protagonista es fascinante. Lo que consigue Delibes es que nosotros nos hagamos una imagen del marido muy distinta a la visión que nos da la mujer. Así, a través de como ella lo ve, y viendo como ella es, nos hacemos una idea de cómo en realidad es él diferente a la de ella.
¿Lo habéis leído? ¿Y algún otro de Delibes? ¿Os atrevéis a dar una oportunidad a Cinco horas con Mario?
Muy interesante, como siempre tus análisis.
Un fuerte abrazos desde Chile
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¡Gracias, Pablo! 😊
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