El papiro del César, de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad

1445435978847Hace ya casi dos años que leí Astérix y los Pictos, ese nuevo cómic que continuaba las aventuras de los galos con nuevos autores que tomaban el relevo. Ahora nos ofrecen una nueva historia: El papiro del César.

Esta historia parte de un libro real, La Guerra de las Galias, escrito por el César. El César, aconsejado por Bonus Promoplús, decide eliminar el capítulo en el que habla de los irreductibles galos, para alzarse como conquistador de toda la Galia, por lo menos de cara a los romanos. El periodista Doblepolemix consigue hacerse con el papiro eliminado y lo lleva hasta la aldea gala. Mientras los romanos intentan recuperar el manuscrito, Astérix, Obélix y Panorámix lo llevan al bosque de los Carnutes para registrar el papiro y que éste pueda ser transmitido a la manera de los galos: por tradición oral.

La censura y el control de la información por parte del poder son los temas principales de esta obra. El personaje de Doblepolemix está abiertamente inspirado en Julian Assange y el caso Wikileaks. La actualidad de los últimos años se refleja en el mundo de Astérix. Así nos encontramos con guiños como un druida silbando rodeado de pajaritos azules que recuerdan a twitter y se habla de las palomas mensajeras como hoy lo hacemos de los e-mails.

Este libro es justo lo que se espera de un cómic de Astérix: una aventura divertida con la que pasas un buen rato viendo como el presente hace sus incursiones en la época romana.

Cherish, de Wataru Yoshizumi

cherish_9788467466072Uno de los primeros mangas que leí de adolescente fue Somos chicos de menta, de Wataru Yoshizumi y fue durante algún tiempo mi cómic favorito. La verdad es que tantos años más tarde me llamó la atención encontrar en el salón del manga del noviembre pasado un cómic nuevo de esta autora, así que me acerqué a mirarlo y me lo acabé llevando a casa. Me llevé Cherish (Planeta Cómic) porque me pareció una historia distinta, con un grado más alto de madurez (aunque no sea un seinen).

Chihiro es huérfana de madre desde muy pequeña. La identidad de su padre es un secreto que se llevó a la tumba, así que vive con el mejor amigo de su madre, Taku. Pero resulta que Taku es homosexual y su pareja es Rei. Para Chihiro esto no le supone un problema y le molesta que pueda suponerlo para los demás. Al comenzar a ir a la universidad se topa con Tsuda, su primer ex novio, que la rechazó al enterarse de su situación familiar. Aún así parece que se siguen gustado…

Es una historia distinta a lo que el manga nos tiene acostumbrados. La verdad es que no profundiza demasiado en casi nada de cómo viven, qué tipo de rechazos y de apoyos ha vivido esta família, etc., así que lo considero un libro juvenil para pasar el rato y poco más. Tampoco esperaba más de él.

Hay una segunda historia en este tomo: Happiness. En esta historia, un chico joven se enamora de una chica un poco más mayor con la que trabaja. Pronto descubrirá que tiene un hijo y que el padre ahora está con una estrella de la música. Akatsu tendrá que entender los motivos de ambos para hacer lo que hacen antes de lanzarse a conquistar a la chica. Es una historia romántica divertida y previsible que habla sobre el amor, la libertad y la necesidad de soltar aquello que nos hace daño.

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Astérix y los Pictos, de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad

Astérix y los pictos¡Por Tutatis! Hacía ya mucho tiempo que no se oía hablar de la aldea al norte de la Galia y sus indomables galos. Como ya he comentado alguna que otra vez, prácticamente se podría decir que yo aprendí a leer con cómics cono los de Tintín o Astérix. Recuerdo haberlos leído todos una y otra vez hasta casi sabérmelos de memoria. Es por eso que, hace unos meses, cuando salió un nuevo cómic de Astérix celebré la noticia con mucha alegría. He tenido que esperar un poco, pero por fin los Reyes Magos me han traído Astérix y los Pictos (Bruño).

Como habréis oído, ésta es la primera vez que sale un cómic de Astérix sin ninguno de sus creadores originales en las labores artísticas. La noticia es bastante inaudita: así como en Estados Unidos, los personajes de cómic pertenecen a las editoriales, en Europa lo habitual es que los creadores sean los dueños del destino de sus personajes. En 2008, Albert Uderzo dijo que los galos morirían con él, pero más tarde se desdijo. Afortunadamente, los irreductibles galos sobrevivirán a sus creadores.

Los responsables de esta nueva obra son Jean-Yves Ferri (guión) y Didier Conrad (dibujo), que recogen el testigo de las manos de Uderzo, quien ha supervisado la obra. Esto daba un poco de miedo por lo que pudiera ocurrir: seguir adelante con la leyenda de los galos es mucha presión. Los álbumes de Ásterix son, con toda seguridad, los más conocidos de Francia a nivel mundial. Y teniendo en cuenta la importancia del cómic francés, no es precisamente poco. Por todo esto, el álbum ha generado una gran expectación.

Los nuevos autores han optado por la fórmula tradicional en la que los dos protagonistas visitan territorios históricos haciendo el turista a la vez que van desfaciendo entuertos. La estructura, por tanto, es típica: un día normal en la aldea, llegada de un visitante inesperado, viaje por mar (y encuentro con los piratas), discusiones varias entre los protagonistas, desenlace. Esta vez los héroes galos visitan a los pictos de Caledonia, lo que hoy llamaríamos Escocia.

La historia empieza cuando un miembro de la tribu de los pictos, Mac Loch, llega congelado a la aldea gala. El picto ha sido traicionado por un rival que, aliado de los romanos, quiere hacerse con el control de las tribus escocesas. Astérix y Obélix acompañan al escocés a su hogar, descubriendo una tierra con tradiciones sorprendentes, diferencias culturales y gente amable. Muchos tópicos sobre Escocia se dejan ver en esta aventura.

En los anteriores cómics, en los que Uderzo se ocupaba tanto del dibujo como del guión, se había apreciado un alud de decisiones poco acertadas. Yves Ferri, el nuevo guionista, ha conseguido enderezar la serie, recogiendo el legado de Goscinny y emulando su sentido del humor. Aún así, se queda corto. Ferri no consigue hacernos reír, como mucho provoca la sonrisa. El personaje de Mac Loch no tiene ninguna gracia. La historia entre él y su amada y, por tanto, la misión que se les encomienda a los héroes, recuerda demasiado a Tragicómix y su historia con Falbalá. Pero no les llega ni a la suela de los zapatos: Mac Loch no tiene carisma ni personalidad alguna. En su afán de emular a Goscinny, Ferri ha unido los tópicos de la serie creando una parodia de la misma: las peleas y amistades de la aldea, la lucha con los romanos, los funcionarios intentando hacer su trabajo… casi parece una lista recitada en un examen. Incluso cuando Obélix pide poción, parece que lo haga porque toca y no por glotonería.

El cómic, no obstante, tiene su gracia. Es gracioso (siempre lo ha sido) ver como los autores de Astérix trasladan los tópicos actuales al pasado. Así pues, en este cómic vemos escoceses con faldas a cuadros, whiskey (agua de malta lo llaman) y al mismísimo monstruo del Lago Ness (podemos ver en el álbum el verdadero motivo por el que el escurridizo monstruo aparece y desaparece ante las narices de los turistas). La llegada de los galos a la aldea picta y el descubrimiento de su deporte nacional también es muy graciosa.

El resultado es bastante digno, pero mejorable. Está claro que se han documentado y has leído y releído todos los Astérix de arriba abajo. Si alguien lo lee sin saber nada acerca de los autores creerá que es un Astérix más, de los de toda la vida. Y eso es bastante positivo, excepto porque se ve encorsetado. Supongo que en futuros trabajos el nuevo dúo de creadores irá ganando soltura, haciéndolos suyos y mejorando. Esperaremos a 2015 para leer Astérix y los bátavos.