La casa, de Paco Roca: la memoria, el paso del tiempo y los lazos familiares

La casa, de Paco RocaLa casa es, sin duda, uno de los cómics más personales de Paco Roca: un homenaje a su padre fallecido que le llevó a ganar el premio al Mejor Cómic Nacional de 2015. Como sabéis, soy muy fan de los cómics de Paco Roca, por lo que tenía ganas de leerlo desde hace mucho tiempo.

La memoria, el gran tema de Paco Roca

Tres hermanos regresan a la casa de veraneo donde crecieron un año después del fallecimiento de su padre. Su intención es limpiarla, vaciarla, reformarla y venderla. Sin embargo, una vez allí, la casa despertará los recuerdos de los que fue testigo. Cada punto de vista de los hermanos da un nuevo significado a estas anécdotas y redefine también tanto al padre fallecido como a los hermanos, a quienes acabamos conociendo tan bien que nos sentimos parte de la familia. A través del contacto con los objetos del pasado, los recuerdos desenterrados y las charlas con los vecinos y la familia, los hermanos se reconciliarán con su pasado y llegarán a entender mucho mejor a su padre.

Así, Paco Roca reflexiona sobre el paso del tiempo, el afecto familiar, las oportunidades perdidas y la construcción de la familia. Todo ello contado con sencillez y sensibilidad. Todos estos temas nos remiten a uno: la memoria. El tema de la memoria es central en los cómics de Paco Roca: Arrugas, Los surcos del azar, El invierno del dibujante, El Faro,… y es tratada, como siempre, de una forma costumbrista, emocional y cercana.

La figura del padre

En la memoria colectiva española se encuentra la casa de veraneo en el campo o en la playa. La segunda vivienda, construida con mucho esfuerzo, suponía para los hijos de la posguerra un salto en el status quo: el abandono —quizá ficticio— de la clase baja proletaria hacia la clase media. El padre fallecido también luchó para obtener otro gran logro: que sus tres hijos pudieran estudiar, a diferencia de él. Este parte forma parte de una generación con rasgos comunes: el afán de ahorro, la sequedad —incluso brusquedad— en el trato como sinónimo de masculinidad, el hecho de dedicarse a las reparaciones domésticas con tal de no gastar demasiado. Estas actitudes crean un desgarro con la siguiente generación, más acomodada y que no entiende la actitud de sus progenitores.

Paco Roca nos habla de la necesidad de comprender a esta generación y hacer las paces. En el fondo, de lo que nos habla es de que nuestro tiempo es limitado y hay que dedicarlo más a los nuestros. En definitiva: nos invita a visitar o, como mínimo, a llamar más a menudo a nuestros mayores, antes de que sea demasiado tarde.

Una novela gráfica escrita y dibujada desde el corazón

Paco Roca es un excelente narrador. Esto ya lo sabíamos, pero lo confirmamos al ver como la primera página del libro ya nos golpea sin piedad. Un señor mayor se pone el abrigo, sale de su casa y cierra con llave. Ya nunca más volverá a ella. Paco Roca parte de su propia experiencia ante la muerte de su padre para contarnos una historia que ocurre todos los días: unos hijos que deben decidir qué hacen con las pertenencias de un progenitor fallecido mientras tratan de reconciliarse con los recuerdos. Los objetos se muestran impregnados de la esencia de su dueño. En este cómic los detalles son más importantes que nunca: las fotografías, las herramientas, los espacios, los árboles y la decoración son huellas del pasado. Así pues, al leerlo hay que prestar especial atención a los objetos y detalles que pueblan las viñetas.

Se trata de una historia efectiva, contada con amor y con una muy acertada reflexión sobre el paso del tiempo. Y se explica con sencillez y con calma, sin aspavientos ni melodramas. Y mucha, mucha ternura.

¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?, de Zidrou y Roger Ibáñez

Quien-le-zurcia-los-calcetines-portadaNo sé si habréis oído a hablar de Zidrou. Yo me topé por primera vez con su obra en el Salón del Cómic de 2014, cuando una portada roja con una bicicleta rota y una esvástica llamó poderosamente mi atención. Se trataba de La Mondaine, una de las novelas gráficas con las que más recuerdo haber disfrutado hasta ahora. Desde entonces, Zidrou entró en mi radar de autores a seguir. Sin embargo, hasta ahora no he leído nada más.

Por fin me he animado con ¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?, con guión de Zidrou y dibujo de Roger Ibáñez.

Nos encontramos con la historia de Catherine, una señora de 72 años que vive con su hijo Michel, de 43, quien sufre un retraso debido a un accidente de coche. En el libro se nos cuentan pequeños momentos de su día a día, que nos transmiten sensaciones y nos hacen entender lo duro y lo maravilloso que puede ser llevar una vida de sacrificio y amor como la que lleva Catherine.

Es una historia llena de ternura que nos recuerda las cosas verdaderamente importantes de la vida. Ver como una señora que debería dedicarse a descansar y disfrutar de lo conseguido a lo largo de su vida, ahora debe apartar todo eso para cuidar de un niño mayor realmente acongoja. El miedo por qué pasará con su hijo cuando ella ya no esté no se expresa directamente, pero se huele en el ambiente.

Con una historia así lo fácil sería intentar caer en el sentimentalismo y en la lágrima fácil, pero Zidrou huye de ello presentándonos una obra que no busca simplemente caer simpática porque sí. Lo hace mediante el uso del humor y la elipsis. El dibujo acompaña a la historia a la perfección, con rostros que reflejan una mayor profundidad, una paleta de colores acertadísima y un gusto por el detalle admirable.

La nota del Jazz, de Òscar Martínez Serrano

JazzCOVER.qxdCompré este cómic en el Salón del Manga por ser el ganador de la Beca Carnet Jove Connecta’t al Còmic del año pasado, pero aún no lo había leído. Lo hice finalmente la semana pasada.

La nota del Jazz (Edicions de Ponent), de Òscar Martínez Serrano, es una historia clásica que se nos ha contado de una forma u otra mil veces, pero no por ello deja de ser una historia emocionante. Va del típico niño prodigio atrapado en una familia y en una situación social que lo oprime y de las que tiene que huir si quiere desarrollar sus habilidades y, finalmente, triunfar.

Es una historia típica y sin sorpresas, de esas de las que puede imaginar el final con tan sólo la sinopsis. En este sentido, me esperaba más. Pienso que habría estado bien darle una vuelta más al guión para crear algo con posibilidad de sorprender y diferenciarse. El dibujo me gusta mucho y se nota el trabajo. Me encanta que sólo las viñetas en las que el protagonista se abstrae tocando el saxofón están coloreadas. Y de una forma muy bella hay que decir. Sin embargo, la viñetas en blanco y negro las encuentro sosas y creo que el conjunto habría ganado en calidad si le hubiera añadido más degradados de sombras, pues sin ellos las imágenes son demasiado planas.

La sensación que tengo es la de encontrarme ante un buen autor que aún tiene que trabajar más para mejorar y convertirse en un imprescindible.

Kiosco, de Juan Berrio

Sin título-1Cuando un libro consigue que sus páginas me huelan a café y croissants, a lluvia o a hierba mojada, ese libro ya me ha ganado. La verdad es que aún con el recuerdo de Miércoles en la mente, de Juan Berrio no esperaba menos. Su último cómic se llama Kiosco (publicado por Dibbuks) y es un tomo ya por fuera sencillo, bello y discreto. El interior no es menos delicioso: nos encontramos con unas páginas que nos invitan a detenernos y a disfrutar de las pequeñas maravillas que nos rodean.

La historia es sencilla. Hay un protagonista del que no conocemos el nombre y al que acompañamos un día entero, desde que se levanta hasta que vuelve a dormir. Así seguimos su rutina en su trabajo en un kiosco de bebidas en un parque y lo observamos esperar a su primer cliente. Le vemos esperar, esperar y desesperar. Relajarse, cambiar de postura y seguir esperando mientras ve como gente ajetreada pasa rápidamente por el parque. Observamos también su soledad entre la multitud. Pero no es una soledad triste o dolorosa, sino simplemente melancólica, que lo obliga a entretenerse en su mundo interior. La mirada del protagonista se fija así en una fila de hormigas, en el vuelo de un pájaro o en el inminente inicio de la lluvia para convertir todo eso en algo maravilloso.

Probablemente es por eso por lo que Juan Berrio ha decidido hacer un cómic mudo. No hay una sola palabra en las páginas del cómic y tampoco se echan de menos, pues se sustituyen con una gran expresividad y con alguna que otra imagen dentro de un bocadillo para sustituir alguna conversación lejana que el protagonista sólo puede intuir. A nivel narrativo es un cómic realmente muy interesante. La historia se nos cuenta a través de viñetas que ocupan toda la página. A veces al personaje de aparecen más brazos y piernas de la cuenta o aparece dos veces en una misma escena para explicarnos el movimiento en una sola imagen. El color, conseguido con técnicas tradicionales, también cobra mucha importancia en este libro, pues las pinceladas suman expresividad a las escenas y le da un tono vintage muy adecuado.

Aunque las peripecias se reducen al mínimo indispensable, no se puede decir que en Kiosco no pase nada. En el fondo nos encontramos con un relato clásico, con un inicio, un nudo y un desenlace muy claros. Lo que se nos cuenta es la cotidianidad en forma de poesía visual. En un mundo en el que todos vivimos acelerados, Berrio nos pide que observemos con paciencia las imágenes si no queremos perdernos nada.

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Una Navidad con Croqueta y Empanadilla, de Ana Oncina

p-croqueta-empanadilla-naviQue sí, que llego tarde, que las fiestas han terminado ya. Pero algunos somos nostálgicos y amamos los ornamentos rojos, blancos y verdes y aún nos resistimos a dejar de lado el chocolate y el turrón. Si a ti también te gusta la Navidad, tienes derecho a alargarla un poquito más. Y no se me ocurre una manera más tierna de hacerlo que con la compañía de estos adorables precocinados que protagonizan el último cómic de Ana OncinaUna Navidad con Croqueta y Empanadilla (Ediciones La Cúpula).

En este cómic se mantiene el clima romántico y adorable que ya conocimos en el primer tomo. Asistimos así a la cotidianidad de la vida de esta pareja, esta vez durante el mes de diciembre y todo lo que conlleva: el frío, la pereza de ir a comprar regalos, la tentación de los dulces, los catarros, el incumplimiento de propósitos… Mientras lees te vas reconociendo en cada una de las viñetas y no puedes evitar sonreír de oreja a oreja o, incluso, soltar de vez en cuando una carcajada.

Leyendo las aventuras cotidianas de Croqueta y Empanadilla me siento bien. Entro en un mundo en el que me siento cómoda, relajada y feliz. Si buscas una lectura que te transmita estas sensaciones te lo recomiendo.

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Skandalon, de Julie Maroh

portada_skandalonHace ya algunos meses, gracias a un sorteo organizado por Comic para todos, me hice con un ejemplar de Skandalon, de Julie Maroh. La verdad es que me presenté al sorteo un poco al tuntún, sin saber muy bien de qué iba el cómic y sin conocer a la autora. Eso sí, recuerdo que me llamó la atención la portada.

Ahora por fin lo he podido leer. El título del cómic nos recuerda inmediatamente otra palabra: escándalo. Pero lo cierto es que, aunque algunos de los hechos que se nos cuentan son escandalosos, la palabra significa «la piedra con la que se tropieza». El cómic nos habla de la caída de una estrella de rock egocéntrica y polémica. Tazane es idolatrado y lo sabe. Parece que no tiene límites así que se dedica a forzarlos para ver hasta dónde le deja llegar la sociedad. Así es como entra en una espiral autodestructiva que lo llevará a una inevitable caída. Tazane es violento, egoísta, drogadicto,despreciable y orgulloso. Y aún así tiene legiones de fans que lo defienden incondicionalmente. Estamos ante una historia extrema, que nos hace reflexionar sobre temas como la fama, el éxito y el valor que les damos.

En un principio he de decir que no me gustó nada el estilo de dibujo de la obra. Sin embargo, a lo largo del libro te das cuenta de que forma parte de un ambiente y de que todo encaja a favor de la historia que nos quieren contar. El libro se lee rápido, pues tomas el mismo ritmo con el que vive el protagonista. No será de mis cómics favoritos, pero desde luego no está nada mal.

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La Mondaine 2, de Zidrou y Jordi Lafebre

01203450501_gHacía ya seis meses que la estaba esperando y hoy por fin la he podido leer. ¿Os acordáis de lo mucho que me gustó la primera parte de La Mondaine y de cómo de impaciente me quedé por leer la segunda parte? Pues desde finales de noviembre ya la podemos encontrar La Modaine 2, de Zidrou y Jordi Lafebre, en las librerías.

La verdad es que he tenido que releer la primera parte porque me he dado cuenta de que tenía una idea demasiado general sobre la trama y me había olvidado de algunos personajes. Si no habéis leído la primera parte, no leáis esta reseña, leed la que corresponde a la primera parte, que está libre de spoilers. Eso sí, os digo desde ya que os agenciéis ambos tomos estas Navidades.

La historia se ambienta en el París de la Segunda Guerra Mundial. En el primer tomo conocimos a Aimé, un joven policía que se traslada a la brigada de represión del proxenetismo, conocida como la mondaine. El mundo no tardará en arrancarle la venda de los ojos al inocente Aimé, quien pronto descubrirá que la mondaine y sus miembros no son precisamente un ejemplo de moralidad. Como dice uno de los policías:»Si les pides a unos críos que vigilen una tienda de chucherías, que no te extrañe que de vez en cuando metan la mano en el tarro». De hecho el propio Aimé irá descubriendo sus propia sexualidad e irá desatando, no sin dificultades, los nudos que le reprimían.

Es este segundo libro, han pasado algunos años y la represión sexual y moral se mezcla con la miedo provocado por la invasión nazi. Todo se vuelve más crudo. El momento más dramático quizá es el relacionado con la Redada del velódromo de invierno, un hecho real que tuvo lugar en Francia la noche del 16 al 17 de julio de 1942, en el que 12.884 judíos fueron arrestados, para posteriormente ser deportados a campos de concentración. Los protagonistas de la historia, al ser policías se ven obligados a participar activamente en esta redada. Vemos su miedo, su frustración y su rabia ante algo que les viene demasiado grande.

Esta novela gráfica es toda una obra de arte. El guión y el dibujo se compenetran y complementan de forma excelente, mostrándonos un drama fruto de las miserias humanas en una época asfixiante.

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La Mondaine 1, de Zidrou y Jordi Lafebre

La MondaineHoy vengo a hablaros de uno de los cómics que compré en el Salón del Cómic. Se trata del primer volumen de La Mondaine, de Zidrou y Jordi Lafebre, una obra que constará de dos volúmenes, publicada en España por Norma. La novela gráfica se ambienta en el París de posguerra y retrata las miserias de sus habitantes a través de la Mondaine (la mundana), la brigada policial que persiguió la prostitución en el París de la mitad del siglo XX.

Aimé Louzeau es un joven inspector que acaba de trasladarse de la policía criminal a la Brigada de Represión del Proxenetismo. Viene un día antes de lo previsto para empezar a “empaparse del ambiente”. Su jefe enseguida se lo advierte: “¡Pues “empápese”! Pero se lo advierto: huele bastante a bidé sucio.” Pronto se da cuenta de que no todo es blanco o negro, de que el crimen y la persecución del mismo son dos caras de una misma moneda y de que la corrupción surge en los lugares más insospechados. El peligro está más cerca de lo que uno imagina.

Estamos ante un cómic crudo, con toques de humor muy divertidos. Los dibujos son muy expresivos y el color se usa de manera impecable. Predominan los marrones y los azules, creando un ambiente de decadencia que le va muy bien a la historia que se pretende contar.

Como he dicho, ésta es la primera parte. Al terminar el cómic me he quedado con ganas de más y he hecho una búsqueda rápida para ver cuándo está previsto que salga la segunda parte. He averiguado que la versión francesa sale en agosto, pero de la española no he encontrado nada. He preguntado a Norma vía Twitter  para cuándo tendremos la segunda y me han dicho que para finales de año si no hay imprevistos. Qué le vamos a hacer… tocará morderse las uñas hasta entonces.

 

La Mondaine

 

Cooltureta, de Raquel Córcoles y Carlos Carrero

CoolturetaComo sabéis, soy fan de los cómics de Moderna de Pueblo. Ya os hablé de su primer tomo, en el que nos cuenta su experiencia al trasladarse de un pueblo a Madrid y del cambio que esto supone en su vida y en su forma de ser, comportarse y vestir para intentar inútilmente olvidar que es de pueblo. En el segundo tomo nos cuenta sus dificultades para encontrar el amor y nos muestra un catálogo de capullos con los que puedes encontrarte en la ciudad. En el tercer tomo, que publica Lumen, Moderna de Pueblo deja de ser la protagonista. El relevo lo toma precisamente uno de los capullos: el Cooltureta.

Los dibujos de Raquel Córcoles se han convertido ya en un clásico para los que disfrutamos de la parodia del universo modernillo. Para este nuevo tomo, Carlos Carrero se ha encargado del guión. Y es que, tal como matiza el puntilloso Cooltureta en la portada, no estamos ante un cómic, sino ante una novela gráfica.

¿Quién es el Cooltureta? Es un miembro de la comunidad hipster que se entrega al mundo cultural con una actitud que tambalea entre la devoción y el postureo. Todos conocemos a alguno de ellos e incluso puede que hayamos actuado como ellos en más de una ocasión (lo confieso). Es el tipo de moderno irritante que siempre lleva un libro allá dónde va, que no se pierde un festival de música (aunque todo le parece que antes era mejor), que asiste a ciclos de cine iraní y siempre tiene un “ya lo sabía” en los labios. En el libro se nos muestran sus motivaciones, a la vez que nos presentan a nuevos personajes como la Mariliendre, el Amigo Torturado, el Cultureta de Palo o la Chica de la Bici.

Un cómic muy divertido, ideal para reírse de uno mismo y de todos los hipsters intelectuales, tan pedantes como entrañables, que pueblan las ciudades de nuestro país. El Cooltureta vive en una constante frustración, pues quiere saberlo todo, pero siempre se encuentra con alguien que sabe más de algo. Se debate entonces entre conocer pocas cosas a fondo o muchas de forma superficial, pero haga lo que haga el resultado nunca es el esperado. Y es que ser un cooltureta coherente es tarea ardua. Raquel Córcoles nos muestra dos tipos de culturetas y los enfrenta. Éstos son el Cooltureta y el Cultureta de Palo. Este segundo es una versión más odiosa, que disfruta dejando mal a los demás para sentirse mejor.

Cambiando de personaje principal, Raquel Córcoles le da una vuelta de tuerca para mostrarnos la modernez desde un punto de vista masculino. Los cómics son cada vez mejores y el mundo de Moderna de Pueblo se amplía. Nos quedamos con ganas de conocer también mejor a algunos otros personajes. Queremos saber más sobre la Mariliendre, la Chica de la Bici y el Cultureta de Palo, pero también sobre personajes de cómics anteriores, como el superhéroe de la FNAC, el Capullo Perdonavidas o el amigo gay del pelo azul.

 

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Ardalén, de Miguelanxo Prado

ArdalénLo sé, es un sacrilegio, pero había oído hablar de Miguelanxo Prado hasta que el año pasado ganó el Premio Nacional del Cómic con su última obra, Ardalén, publicada con Norma. En seguida el cómic llamó mi atención, no tanto por el premio, sino por el título de la obra. Suena bien, como a algo mágico, a sal y arena, a baile y noche de verano. No sé, es lo que me transmitió el nombre. Al ver la portada te das cuenta de que tiene algo que ver con el mar, la vejez y los recuerdos.

He podido leer recientemente el cómic y he descubierto que “ardalén” es una palabra inventada por Miguelanxo Prado, que significa “viento ábrego que sopla desde el mar hacia tierra, procedente del suroeste, en las costas atlánticos europeas. Se trata de un viento húmedo que llega a portar muchos kilómetros tierra adentro olores a sal y a yodo. Según las creencias populares, el ardalén se origina en las costas americanas, atraviesa el Océano Atlántico y llega al suroeste de Europa”.

Sabela es una mujer que ronda la cuarentena, recién divorciada y en paro, que busca alguna pista sobre su abuelo. La historia comienza con su llegada a un pueblo de Galicia, buscando entre los habitantes a gente que recuerde algo sobre aquellos que emigraron a Sudamérica a finales de los años treinta. En el pueblo le dicen que el único que le puede contar algo es el anciano Fidel, pero también le advierten que con él no sacará nada en claro. Sabela se acercará Fidel para buscar en su memoria fragmentada alguna pista sobre el destino de su abuelo.

Nos sumergimos de lleno en el mundo de Fidel, un lugar semi-onírico, en el que nos cuesta diferenciar la realidad del recuerdo o la ensoñación. La sensación se ve reforzada por el uso del color, borroso, vibrante y vivo. La composición de las páginas es clásica, aunque encontramos alguna páginas que tratan de ofrecernos veracidad, como si fueran recortes de periódicos, mapas o documentos oficiales de la época. Sabela, igual que nosotros, aprenderá a escuchar al anciano y se encariñará de él, a la vez que conocerá la magia y los secretos que trae consigo el ardalén.

En la obra se entremezclan temas como la memoria, la imaginación, la formación de la identidad, la naturaleza, la emigración la desconfianza hacia los extraños y, sobre todo, la soledad de la vejez, tema que emparenta directamente Ardalén con otros cómics como Arrugas y  Los surcos del azar, ambos de Paco Roca. Estamos ante una gran obra, cargada de emociones, sorpresas y poesía.