De rapear a recitar: Nach, el MC poeta escribe Hambriento

 

Nach hambrientoQue el rapero Nach haya sacado un libro de poesía no puede sorprender a nadie: en sus canciones las rimas están cuidadas, reflejan imágenes potentes y sentimientos de forma muy certera y juega continuamente con las palabras. Nach es un poeta —eso ya lo sabíamos— pero hasta ahora su poesía siempre ha ido acompañada de música y Hambriento es el primer libro de poesía que saca al mercado. El reto esta vez era transmitir sensaciones sin el apoyo de la música. Y lo ha superado.

Las canciones de Nach forman una parte muy importante de la BSO de mi adolescencia. De hecho, creo que no exagero si digo que en parte muy probablemente ha moldeado mi forma de pensar a través de sus reflexiones. Así que cuando me enteré de que iba a sacar un libro, supe que lo leería tarde o temprano.

Nach se muestra en el libro hambriento de vivir experiencias, de dar y recibir afecto. Los poemas están escritos tras una ruptura y durante cuatro años. Son versos viscerales sobre su vida y la oscuridad que ha sentido en ciertos momentos. En el libro desata todos estos sentimientos y los expresa y ordena, en una especie de terapia en la que libera su frustración y soledad.

Nach es único por su estilo y su sensibilidad. De hecho su estilo es tan reconocible en los poemas, que los he leído con su voz sonando en mi cabeza. Y, aunque sé que no son canciones, sino poemas, a menudo no podía evitar rapearlos en mi cabeza.

Hambriento es un libro de poesía urbana, especial, diferente, escrito por un MC que ahora también es poeta. Es un libro que puede gustar tanto a los amantes de la poesía como a aquellos que se quieran iniciar en su lectura. Un libro expresivo, sincero y cercano, que te hará sentir y reflexionar.

 

A continuación os dejo dos vídeos promocionales:

 

 

 

 

 

Aritmética del desgaste, de José Ángel González Franco

aritmética del desgasteComo sabéis, no leo a menudo poesía. Pero cuando lo hago, si es poesía de verdad, la suelo disfrutar mucho. Y éste es el caso del libro del que os quiero hablar hoy: Aritmética del desgaste, de José Ángel González Franco, publicada por la editorial Esto no es Berlín. Por cierto, echad un vistazo a su catálogo porque tienen libros realmente bonitos. Precisamente esto fue lo que me llamó la atención a primera instancia, porque, aunque no siempre es así, tiendo a pensar que un libro con una edición bonita es un libro cuidado y, por tanto, tiene posibilidades.

Y no me ha decepcionado. De hecho, comienza con una breve introducción de Pere Gimferrer, que ya dice mucho a su favor. Los poemas están bien construidos y demuestran una preocupación patente por el lenguaje y su belleza. Las emociones, aunque se transmiten, están contenidas, por lo que, aunque resultan a menudo desgarradoras, no lo son en un sentido explosivo. Cada palabra está puesta en su sitio con cuidado, de forma que expresa justo lo que pretende, sin exageraciones dramáticas que puedan llevar el texto al ridículo.

Esta obra contiene una gran belleza, que apreciamos sobre todo en su forma, en como ha conseguido que unas palabras se relacionen con otras en perfecta armonía.

Se agradece encontrar libros tan trabajados. Atención a José Ángel González Franco, puede llegar a ser uno de los grandes.

La orilla libre, de Pedro Larrea

La orilla libreEl otro día os hablé de los recelos que a menudo tengo hacia la poesía y de como este libro sí lograba convencerme. Pues bien, hoy vengo a hablaros de otro libro de poesía publicado por la misma editorial, Ártese quien pueda. Esta vez el autor es Pedro Larrea y el título de la obra es La orilla libre. Éste libro también ha sido una agradable sorpresa.

El libro comienza con la siguiente cita de Jorge Guillén:

Sálvame así, tiempo

perdido en la orilla

libre, tanto amor

tanto azar, las islas.

Al leer los versos ya vemos rápidamente de dónde ha salido el título del libro. Pero no sólo eso: si nos fijamos, vemos que los títulos de las diferentes partes del libro están sacados de estos versos («Entrada a La orilla libre», «Las islas», «Tiempo perdido», «Tanto amor», «Sálvame así tanto azar» y «Salida de La orilla libre»). Así, los poemas de Pedro Larrea se estructuran a partir del de Jorge Guillén, mientras dialogan con él. En cada una de estas secciones encontramos diferentes ritmos y estilos, formando un verdadero muestrario poético.

El libro mantiene una gran coherencia y un cuidado equilibrio. Esto lo vemos, por ejemplo, con la primera y la última parte, que no sólo se relacionan en el nombre («Entrada a La orilla libre» y «Salida de La orilla libre»), sino también en el contenido, pues cada una de estas partes contiene un sólo poema con el mismo título: «Elegía del reloj».

En las páginas del libro hallamos una poesía calurosa, suave, sencilla, áspera, elegante y delicada. Los versos nos hablan de lo femenino, del cuerpo, del tiempo y de la vida como fuerzas creadoras y destructoras. La buena poesía tiene que ser algo más que palabras bonitas que hablan de amor y paisajes idílicos, tiene que ir más allá. Tiene que surgir de una manera de entender el mundo, tiene que explorar el lenguaje y sus límites expresivos, tiene que ser creativa y original. Única. Y La orilla libre lo consigue sobradamente. 

La infancia suicida de Verónica Qué, de Andrea Aguirre

La infancia suicida de Verónica QuéHe de reconocer que la poesía me genera desconfianza. Demasiadas veces me he cruzado con supuestos poetas que se dedican a poner sin más palabras bonitas una a lado de la otra de forma absolutamente previsible, sin imaginación ninguna. La poesía debe explorar en los límites del lenguaje, de los sentimientos, de la vida y la muerte y debe inducir a la reflexión.

Afortunadamente, éste último es el caso de La infancia suicida de Verónica Qué, de la argentina Andrea Aguirre, que publica la editorial Ártese quien pueda. Los versos de este libro generan inquietud, miedo incluso.

Verónica es el alter ego de Andrea, es la parte oscura de su “yo”. El libro es una conversación entre las dos partes de Andrea. Está escrito como un diario que recorre, de forma desordenada, una experiencia vital. Los días avanzan y retroceden. Los temas cambian y vuelven. En la vida hay cosas que parece que se repiten una y otra vez, mediante el recuerdo o el tropezar con la misma piedra. Son las cicatrices, que dejan una marca del pasado en el presente, las que nos devuelven a épocas pretéritas. Emociones, sensaciones y oscuridades forman este libro. El trauma de descubrir que la vida no es fácil y el crecimiento que esto supone son los temas que subyacen a lo largo de la obra.

Si nos fijamos en la estructura, veremos que el libro se divide en diferentes partes, de las cuales, sólo la última, “Resurrección”, tiene título. No obstante, todas ellas vienen introducidos por versos de la también argentina Alejandra Pizarnik. En cada una de estas partes los poemas deben leerse de dos en dos: primero veremos aquellos que, escritos en prosa, forman parte de de una bitácora, seguidos siempre de un poema en verso que se contrapone de alguna manera, dando respuesta a las cuestiones del primero.

El libro está centrado en una infancia oscura. Somos conscientes de que ésta no es una visión total, y esto nos lo recuerda con la última parte, llamada “Resurrección”, con la que hace un claroscuro. El libro es un intento de sacar la oscuridad a la luz, como un exorcismo, de recordarnos que la infancia no siempre es ese momento de nuestra vida lleno de luz y vacío de preocupaciones: siempre hay un poco de todo.

44 mundos a deshoras, de varios autores

44 mundos a deshorasEn un momento en el que apostar por la cultura y la creación cultural parece una idea suicida, nace la editorial Adeshoras. El nombre no podría ser más adecuado. Aún así, parece que la cosa no les va mal y, para celebrarlo, han reunido a cuarenta y cuatro autores para formar un antología de relatos, poesías e ilustraciones que tienen como leitmotiv el nombre de la editorial que los ha reunido. Lo han hecho de forma desinteresada: todos ellos han cedido los derechos de sus aportaciones a Payasos Sin Fronteras y a Médicos Sin Fronteras. Toda una reivindicación en un tiempo en el que nadie regala nada. El nombre del libro, como no podía ser de otra forma, es 44 mundos a deshoras.

Algunos de los autores que han participado ya son consolidados, otros han trabajado anteriormente con la editorial y otros no han publicado sus obras.  Sus nombres son Abilio Estévez, Anamusma, Andrés Portillo, Carlos Candel, Carlos G. Algovia, Carlos Lapeña, Carlos Ollero, Clara Obligado, Elvira García, Eva Hibernia, Ezequías Blanco, Fermín Peñas, Fernando FerroFernando PuenteFrancisco Javier Guerrero, Javier Alcolea, Javier Fernández Panadero, Jesús Díez, José Luis Esparcia, José María Merino, José María Verdú, Juan Seoane, Juan Serrano, Laura Freijo, Manu Garpe, María Tena, Mariano García, Marisol Torres, Maytekano, Miguel Ángel Martín, Mimi Munné, Myriam Vélez, Neus Aguado, Pepe Viyuela , Raquel F. SáezRulo Pardo, Sidney Gámez, Silvia Añover, Soledad Velasco,  Susana Noeda, Teresa Urroz, Xabier López López, Yanet Acosta y Zulema Sánchez. Vienen de mundos distintos: de la poesía, del teatro, de la música, la ilustración, la pintura, la escultura y el grabado. El resultado de mezclar tanta creatividad ha dado lugar a decenas de mundos distintos en los que se reflexiona sobre el paso del tiempo.

Es interesante ver como cada autor lleva el tema por caminos distintos, creando diferentes historias acerca de la difícil relación con el tiempo, llegando a conclusiones dispares. El tiempo es subjetivo: puede pasar lento o rápido, puede incluso pararse, se puede perder la noción del tiempo o, directamente, perder el tiempo. Lo es, además, porque va sujeto a nuestra vida y a nuestra muerte. Vivimos nuestro tiempo y el tiempo que vivimos es el único que conocemos: por eso, dependiendo de cómo sea nuestra vida, tendremos una relación u otra con el tiempo. De esto es de lo que nos habla este libro.

Realmente lo he disfrutado mucho, hay textos muy buenos y muy trabajados y creo que puede servir para conocer autores que no habíamos leído nunca, darnos cuenta de que nos gustan y buscar más obras suyas. Y si, de paso, colaboramos con ONG como Payasos Sin Fronteras o Médicos Sin Fronteras mejor aún.

La sonrisa de Mikel, de Álvaro González de Aledo Linos

La sonrisa de MikelHace casi dos semanas os hablé de la iniciativa Por una sonrisa solidaria promovida por la Editorial ExLibric. La iniciativa es sencilla, por cada libro de La sonrisa de Mikel que se vendiera, se donaría 1€ a la investigación contra el cáncer. Como ya os dije, el libro está escrito por Álvaro González de Aledo, un médico cántabro especializado en oncología infantil.

Álvaro González, que también es capitán de yate, desde hace más de 10 años lleva a los niños enfermos de cáncer a experimentar las mismas experiencias que un marino del cantábrico (os enlazo aquí su blog). Así, entre médicos y marinos, les enseñar a navegar mientras les ayudan a olvidar su enfermedad por un instante. Durante este tiempo ha conocido a muchos niños y se ha encariñado con ellos. Algunas veces el desenlace ha sido dramático, otras veces los niños han superado su enfermedad. En La sonrisa de Mikel, Álvaro nos hace partícipes de sus experiencias, sentimientos y reflexiones.

Unas vivencias así pueden ser muy duras para leer y difíciles de escribir. Álvaro González ha decidido hacerlo a través de un treintena de poemas, o dibupoemas, como los llama: una suerte de caligramas que toman la forma de diferentes personajes de animación infantil y juvenil (desde Campanilla, a Charlie Brown o varios personajes de Los Simpsons). Podemos ver cada uno de los textos en las dos formas: primero, el poema escrito de forma tradicional, es decir, en versos, y, a continuación, el dibupoema. Sorprende encontrarse con un libro así, quizás porque pocas editoriales arriesgan publicando poesía, pero la forma me parece muy acertada. Explicar unas vivencias así en forma de relato podría caer en la lágrima fácil, podría ser repetitivo al contar las rutinas y el sufrimiento de los niños, podría ser superficial para evitar caer en la repetición, podría contar demasiado o demasiado poco, podría ser egoísta al centrarse en él mismo,…

El enfoque es complicado y creo que los poemas son una buena solución. Los sentimientos se revelan sólidos y estables a lo largo de todo el libro y los muestra resaltando pequeños instantes con estos niños que desencadenan la inspiración. El dibujo da una nueva dimensión plástica a la palabra. Es otra forma de disfrutar de la lectura: tras leer los versos, buscamos entre las líneas del dibujo cuál es la ruta que debemos seguir. Luego lo leemos de nuevo, navegando entre las letras del dibujo ya con rumbo definido. Álvaro no tiene suficiente enseñando a navegar a los niños, hace lo mismo con sus lectores.

El último de los poemas es el que da nombre al libro, pero conocemos su historia ya desde el prólogo. Mikel es uno de estos niños que murió poco después del nacimiento de su hermano. Sin embargo, hay una fotografía de la primera vez que vio a su hermanito recién nacido en la sonríe abiertamente. En ese momento, Mikel no recordaba su enfermedad. La sonrisa de Mikel es un canto a favor de la vida. Y de la supervivencia: en un ambiente tan descorazonador hay que agarrarse a lo que sea para no caer en la desesperación.

El libro cuesta menos de 10€ y, como he dicho, 1€ por libro se destinará a la lucha contra el cáncer. El precio lo veo ajustadísimo, sobre todo teniendo en cuenta que se incluyen imágenes en color en su interior. El objetivo no es ganar dinero, el objetivo es difundir la causa para que haya más iniciativas que aboguen por poner una sonrisa en la cara de estos niños que tienen que luchar por su vida desde tan temprana edad.

Alucinaciones y profecías de Casandra, de Sandra Fernández Jurado

Alucinaciones y profecías de CasandraEscribir poesía es algo tremendamente difícil. Aún más difícil es que te la publiquen. Y más complicado si cabe es que el libro sea leído. De lo primero sólo puede ocuparse uno mismo: con imaginación, constancia y trabajo puede conseguirse. Lo tercero depende del buen trabajo que hayas hecho (si tu libro gusta, el boca-boca se encargará de que llegue) y del que hagas una vez publicado (promocionar tu libro en persona y por internet hasta la saciedad para que el libro salga de tu círculo de amistades y llegue más lejos).

La parte seguramente más complicada, por no estar en nuestras manos, es que alguna editorial te dé el visto bueno y publique tu libro. El proceso hasta conseguirlo puede ser realmente desesperante, pueden incluso hacerte creer que aquello que tratas de publicar no tiene ningún valor. Para ayudarte si es el caso, existen editoriales como Bubok que te permiten publicar todo lo que quieras. Los libros que subas pueden ser vendidos tanto en formato electrónico como en papel. Bubok puede permitirse publicar todo lo que le llega porque no hacen tiradas largas, sino que simplemente imprimen para cada pedido que se hace.

El peligro es, para el autor, que si no sabe promocionarse bien, su libro puede quedar ahogado entre los miles de libros que se publican cada día. Para el lector en cambio, el problema es lo complicado que puede resultar distinguir entre lo que merece o no la pena adquirir.

Dicho todo esto, hoy quería hablaros de una compañera de trabajo, Sandra Fernández Jurado, que ha publicado recientemente su primer libro de poesía, Alucinaciones y profecías de Casandra, con esta plataforma. Tengo que decir que me ha sorprendido muy gratamente. Alguna que otra vez que conocido a gente que se las da de poeta cuando lo que hacen es encadenar palabras supuestamente bonitas sin sentido, creando un texto infumable y no apto para diabéticos. Éste no es el caso.

En el libro nos encontramos con versos hermosos, sencillos pero trabajados. Un cúmulo de imágenes que nos envuelven y nos llevan al mundo interior de Sandra. Un mundo nocturno que, entre copa y copa, nos lleva a reflexionar sobre el paso del tiempo, la soledad y la muerte. La mitología grecorromana está muy presente en este libro; ya desde el título nos encontramos con Casandra, quién por un castigo de Apolo podía ver el futuro que le aguardaba a la ciudad de Troya sin podérselo comunicar a nadie, pues nadie creía ninguna de sus profecías. Nos encontramos con Penélope, Dionisos, Crono, pero es Casandra la que está presente como un hilo conductor a lo largo de todos los poemas. Casandra es el nombre de la frustración de aquel que no consigue comunicarse a muchos niveles: es la soledad, es el paso del tiempo y es la muerte. Casandra a veces es el alter ego de Sandra, para ser después una fuerza exterior, una maldición.

Recomiendo este libro. De verdad, sería una verdadera lástima que cayera en el olvido, así que os pido que le deis una oportunidad. Os dejo uno de los poemas que más me ha gustado.

XV

Es esta una noche triste.

Como la indecisión de la llama

de una vela al temblar.

Porque dejo que el tiempo se esfume.

Como el humo de esa vela

se extiende por la casa.

En el aire, hedor a chamuscado:

el de las tareas inacabadas,

o el de los proyectos que han sido ideados

pero aún no realizados.

Lecturas de libros que han quedado pendientes.

Rutas imaginarias de viajes a países

que aparecen en las enciclopedias.

Lo que quise escribir,

y lo que al final resultó,

y lo que todavía está por escribir.

Los besos que no nos dimos

porque los asesinamos con la almohada.

La caricia que recorrió solo medio camino

—hasta el vientre—.

Los cachorros que hasta ahora no hemos tenido.

* * *

El tañido agrio y negro

de las campanas de la iglesia del pueblo

que tocan por la muerte de un vecino:

EL VECINO… ¡SOY YO!

Los cachorros que ya no vamos a tener.

La melancólica muerte del Chico Ostra, de Tim Burton

The Melancholy Death of Oyster Boy and other storiesEn 1997, Tim Burton publicó una recopilación de 23 cuentos cortos escritos en verso e ilustrados por él mismo. Las páginas estaban protagonizadas por unos niños solitarios, extraños y diferentes. Indefensos ante una sociedad que no los entiende, los chicos nos hacen reflexionar sobre temas como la diferencia, la soledad, la tristeza, la incomprensión y la muerte. El conjunto toma el nombre del relato más largo: La melancólica muerte del Chico Ostra, que nos cuenta la dramática historia de un chico que nace mitad humano y mitad ostra.

Aunque sabía de la existencia de esta pequeña joya, nunca antes la había tenido entre manos, hasta que el pasado 6 de enero los Reyes Magos lo dejaron bajo el árbol. El libro es realmente muy breve y se lee en un suspiro (una media hora). Lo leí en la versión original en inglés de Faber and Faber, pero se puede conseguir también en español. Aquí en España lo edita Anagrama y, a su favor, hay que mencionar que incluye en un anexo los versos en inglés para que podamos ver el sentido original de algunos versos que se modifican por aquello de mantener la rima.

Los niños que protagonizan estas historias nos resultan inquietantes y tiernos a la vez. Los aceptamos y rechazamos a la vez. En conjunto forman una familia que nos recuerda por una parte a los niños perdidos de Peter Pan – por su orfandad, ya que la mayoría son rechazados por sus familias, que quieren niños normales- y por la otra a películas como La parada de los monstruos -por sus excepcionalidades físicas y sus limitaciones-. Los niños se sienten solos, perdidos, reclamando atención y cariño. Su rareza, en algunos casos no los diferencia mucho de los superhéroes, sólo que a estos niños les han tocado poderes, o particularidades, poco útiles, inquietantes o incluso negativas.

Todo ello va acompañado de los dibujos de Tim Burton: ilustraciones sencillas, muy en su estilo. Tenebrosas e inquietantes, pero divertidas y dulces a la vez.

En cuanto a las historias, algunas se quedan a medias, sin llegar a un desenlace; otras simplemente nos presentan un personaje, o nos ofrecen un breve gag. También hay historias bien desarrolladas, que nos cuentan algo hasta llegar al final. En conjunto casi parece un libro de bocetos e ideas, que simplemente compendian imágenes muy poderosas que atraen a Burton, que le quieren decir algo. Que nos lo quiere decir a nosotros, incluso, casi como un grito que sale de un alma que se siente extraña, incapaz de conectar con la gente.

Este es uno de esos libros imprescindibles si eres un apasionado de los mundos de Tim Burton. Si no lo eres, mejor que ni te acerques a él.

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Frankenweenie, de Tim Burton

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Cuentos macabros, de Edgar Allan Poe, con ilustraciones de Benjamin Lacombe

https://laestanteriadenuria.wordpress.com/2012/10/26/cuentos-macabros-de-edgar-allan-poe-ilustraciones-de-benjamin-lacombe/

Sombras tenebrosas, de Tim Burton

https://laestanteriadenuria.wordpress.com/2012/06/04/sombras-tenebrosas-de-tim-burton/

Tim Burton por Tim Burton, de Mark Salisbury (ed.)

https://laestanteriadenuria.wordpress.com/2012/05/07/tim-burton-por-tim-burton-de-mark-salisbury-ed/