¿Un nuevo cómic de Tintín?

Sapristi!El tema de los derechos de autor y qué hacer con ellos cuando el autor muere es realmente controvertido. ¿A quién deben pertenecer? ¿A la editorial? ¿A sus familiares? ¿A otros que hicieron posible de alguna forma la aparición de la obra? ¿Hasta cuando es lícito ganar dinero con el trabajo de un difunto?

El debate sale a flote de nuevo tras la noticia que publicó ayer Le Monde: Moulinsart SA, la empresa que tiene los derechos de Tintín, ha anunciado que en 2052 publicará, junto a la editorial Casterman, un nuevo y único álbum  de Tintín. ¿Sólo uno? ¿Por qué en esa fecha? Pues porque al año siguiente se cumplirán 70 años de la muerte de Hergé y toda su obra pasará a ser de dominio público. Así, mediante la publicación de un nuevo cómic, Moulinsart «protege los derechos» para que nadie pueda usar la imagen del reportero belga sin su permiso.

Moulinsart siempre ha sido extremadamente celosa a la hora de permitir el uso de todo lo proveniente del mundo de Tintín. Sin ir más lejor, la asociación catalana de «tintinaires», que antaño se llamaba Milú, tuvo que cambiar su nombre a 1001 (se pronuncia igual) al ser denunciados por la gestora.

Ellos justifican la decisión argumentando que Hergé manifestó su deseo de que nadie más tocara a Tintín y que temen que si pierden los derechos ya no puedan seguir protegiendo al reportero de otras manos. La contradicción es obvia. ¿O es que tienen material inédito escondido? No lo sé. La verdad, lo dudo, dado que ya se publicaron postumamente los esbozos de la que tenía que ser otra aventura más del reportero belga:  Tintín y el Arte-Alfa.

Personalmente, creo que tienen mucha caradura, pero si finalmente lo hacen, espero que sea algo pensado y trabajado, digno de Hergé.

 

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Unos días en Francia, VV.AA.

En 2006, seis dibujantes franceses viajaron a Corea para conocer el país y reflejar sus impresiones en un cómic conjunto con seis autores coreanos. Una interesante iniciativa de la editorial francesa Casterman a favor del intercambio cultural, que tres años más tarde se repitió a la inversa, es decir, que seis autores coreanos (Doha, Lee Hyeon-sook, Oh Sé-young, Kim Soo-yong, Suk Jung-hyun y Kim Dong-hwa) son invitados durante diez días a visitar Francia para luego publicar historias breves en una obra conjunta con los franceses Bastien Vivès, Max de Radiguès, Gabrielle Piquet y Anne Simon.

Los breves cómics, publicados en España por Diábolo Ediciones bajo el título Unos días en Francia, transmiten ilusión y voluntad de intercambio, fruto de una bonita experiencia vivida por los autores. Cada autor enfoca el relato con total libertad e independencia, ofreciendo así unas propuestas diferentes entre sí, tanto por el contenido como por el estilo, pero todas muy interesantes.

De todas las historias que aparecen recogidas en el volumen la que más me ha gustado es “Duelo en Montmatre” de Suk Jung-hyum. Está ilustrada a todo color (ésta y la de Kim Dong-hwa son las únicas, las demás están en blanco y negro) lo que de entrada ya hace que llame la atención. El autor nos cuenta en este cómic su visita a Montmartre, por donde se pasea observando a los pintores, hasta que uno de ellos le hace un retrato. Entonces él se ve con la obligación de hacerle otro, con lo que inicia una competición por retratar al otro siendo retratado. Cuando intercambian los resultados y se observan se descubren a sí mismos desde la mirada del otro. Creo que de todas las historias esta es la que más refleja el espíritu del proyecto de choque e intercambio cultural que supone el cómic.