La sociedad Juliette, de Sasha Grey

La sociedad JulietteLa Sociedad Juliette es uno de esos libros que escogemos leer sobre todo porque la autora es quien es. Para aquellos que no lo sepan, Sasha Grey fue una de las actrices porno más conocidas a nivel mundial. Dada su experiencia, es, por tanto, una persona más que adecuada para escribir un libro erótico. La cuestión es: ¿será capaz una ex actriz porno de escribir algo que merezca la pena leer? Cuando la formulas, la pregunta suena absurda y la respuesta aparece sola: “¿y por qué no?”. Preguntárselo es probablemente prejuzgar, pero es casi inevitable. Aún así, le damos una oportunidad.

Al leer la contraportada que nos presenta la editorial Grijalbo vemos que el libro trata sobre la entrada de una chica joven a una sociedad elitista, la sociedad Juliette, donde personas poderosas se dedican a disfrutar del sexo y a desatar sus perversiones libremente. Sin embargo, esta sociedad tan sólo aparece en dos capítulos del libro y no es el eje central de la historia, sino un elemento de aprendizaje y de cambio para la protagonista.

Catherine, que así se llama la chica, es una estudiante de cine. No es virgen y no es una mojigata, pero tampoco tiene una vida sexual fuera de lo común: es como cualquier chica de 20 y pocos años. Vive con su novio, Jack, con el que pasa una mala racha dado que está demasiado ocupado con su trabajo. La insatisfacción de Catherine la lleva a explorar sus fantasías.

De eso es de lo que realmente trata este libro: de las fantasías de Catherine. De qué imagina cuando se masturba, de cómo se pasa las horas de clase desnudando mentalmente a su profesor, de cómo descubrió el sexo cuando era niña y de qué sueña por las noches. Su mejor amiga, una chica muy desinhibida que disfruta del sexo libremente, será la que la empiece a llevar a fiestas privadas en las que descubrirá un mundo de lujuria donde los deseos más extraños y extremos pueden hacerse realidad. A lo largo de la novela asistimos a un desfile de personajes, unos más abiertos y otros más cerrados, todos con sus particularidades en el campo de lo sexual (algunas son realmente extrañas).

No entiendo por qué han intentado vender el libro destacando tanto una sociedad que apenas importa. Cuando termina no sabemos mucho más de ella que lo que imaginábamos al principio. El verdadero tema de este libro es el aprendizaje de la protagonista a lo largo de sus experiencias, tanto las que vive en su mundo interior como exterior.

El libro está escrito de forma muy sencilla y directa. Decía Woody Allen que “el sexo sólo es sucio si se hace bien” y Sasha sabe como hacerlo bien. No se anda con tonterías y no utiliza eufemismos. Su punto fuerte, desde luego, son las escenas de sexo, muy bien descritas y muy reales. La escritora sabe de lo que habla y se nota. El paso de la autora por el cine porno hace muy llamativa la lectura de sus libros, Sasha Grey lo sabe bien y se propone no defraudar en este sentido. El boom que vive la literatura erótica desde el éxito de la trilogía de E.L. James, junto con el reclamo del nombre de Sasha Grey son una combinación perfecta para que éste sea un libro de éxito. Aunque no sea una gran obra y esté destinada al olvido de aquí a un tiempo, desde luego da varias vueltas a la obra protagonizada por Christian Grey. Para los que realmente busquen un buen libro, que ni se acerquen: este libro es para los que buscan entretenerse y saciar su curiosidad con una lectura ligera de verano.

Trilogía Cincuenta sombras, de E. L. James

La típica protagonista virgen e ingenua y el típico chico malo y sexy que se ablanda al enamorarse y cambia por ella. Estos son Anastasia y Christian, los protagonistas de la trilogía Cincuenta sombras, la más leída de este verano (300.000 ejemplares vendidos diariamente en sus primeras jornadas en EEUU, casi nada). ¿Qué es lo que hace especial una novela con dos personajes principales tan típicos? La autora, Erika Leonard James (productora de TV y madre de dos hijos), afirma que la fantasía erótica que aparece de forma explícita en forma de sadomasoquismo es lo que ha hecho de este libro un éxito, sobre todo entre las féminas por aquello de que el sexo en las mujeres está en la mente.

Anastasia Steele es una estudiante de Literatura que está a punto de terminar la carrera. Cuando su mejor amiga Kate cae enferma, se ve obligada a sustituirla e ir a entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey. Cuando Anastasia lo conoce queda impresionada ante el atractivo, seductor e intimidante señor Grey, quien es guapo y rico hasta el absurdo. Tras un estira y afloja de varios días al final Ana accede a quedar en su casa y descubre, tras firmar un acuerdo de confidencialidad, la “habitación del dolor” donde Christian le propone que sea su esclava sexual.

Grey no es el clásico príncipe azul de las novelas románticas. Es sobreprotector y controlador hasta un nivel asfixiante. Anastasia y Christian son como la Bella y la Bestia. El concepto de amor redentor que aparece en el libro mediante el cual una mujer salva al hombre del abismo es más que típico. Christian es un monstruo, o más bien, alberga monstruos en su interior: provocar dolor no es algo solamente excitante, sino necesario para él. Todo ello es producto de los demonios interiores producto de una infancia traumática que poco a poco se va descubriendo en la segunda y tercera parte de la trilogía.

Se ha armado mucho revuelo con el sadomasoquismo e incluso, en ciertos lugares, el libro ha sido prohibido en algunas bibliotecas, pero lo cierto es que lo que aparece en el libro es bastante light (la cosa no pasa de unos azotes de vez en cuando, controlados y con opción a parar cuando Ana lo desee). Christian como Amo no es tan duro como se podría esperar y Anastasia no es en absoluto sumisa. Es más, se nota que Anastasia es mucho más fuerte que él. No me ha gustado nada que se presente la tendencia sadomasoquista como producto de un trauma y por tanto como una enfermedad y no como una decisión libre que dos personas maduras normales y corrientes pueden tomar.

La obra se ha comparado con Crepúsculo (de hecho la misma autora dice haberse inspirado en los libros de Stephenie Meyer). No he leído ni visto nada de Crepúsculo, así que no lo sé; pero hablando con cierta persona sobre el libro me hizo notar que el argumento guarda muchos parecidos con Dexter (el pasajero oscuro, alguien que le enseña a canalizar la violencia, adoptado por quién lo rescata de pequeño, un personaje con la misma desviación sin haber sido canalizada, etc.).

Los libros que componen la trilogía son Cincuenta sombras de Grey, Cincuenta sombras más oscuras y  Cincuenta sombras liberadas y han sido publicados en España por la Editorial Grijalbo.