Como pompas de jabón, de Carlos Ollero

Como pompas de jabónLas pompas de jabón danzan en el aire como pequeños planetas independientes que no saben cuánto tienen en común. Se cruzan, se separan, se alejan y vuelven caprichosamente al ritmo que marcan el aire y el azar. Ésta es seguramente la idea que tenía en mente Carlos Ollero cuando puso el título Como pompas de jabón al conjunto de relatos que forman el primer libro publicado por la editorial Adeshoras.

Carlos Ollero escribió varios cuentos y, tras hacerlo, se dio cuenta de que todos ellos formaban parte de un mismo universo, que los personajes parecían vivir en una misma ciudad en un tiempo parecido. Y entonces terminó de darles unidad haciéndoles cruzarse casualmente en el metro, en la calle, en un bar, en la vida. El libro se estructura como un conjunto unitario, organizado en cuatro apartados y en diecinueve cuentos, todos ellos seguidos de un poema o de un microrelato que sirve de conclusión o de bisagra con el siguiente.

Los personajes suelen ser individuos solitarios inmersos en sus propias vidas, en sus conflictos, reflexiones, luchas y decisiones. Algunas situaciones son extrañas, como la de la mujer que arrastra por media ciudad una pesadísima figura de cartón a tamaño real de su ídolo para poder tener a alguien con quien conversar en casa. Otras son cotidianas: aquel amor no correspondido de infancia al que creías haber olvidado y que vuelve para terminar con la estabilidad que habías creado a tu alrededor. Otras son trágicas: un niño muerto en un bombardeo de la Guerra Civil marca para siempre al hermano.

Los personajes se cruzan casi sin darse cuenta, de la misma forma que nosotros nos cruzamos cada día con miles de personas a las que no prestamos atención. Los cuentos son evocadores y envolventes. El dinamismo se mezcla con el estatismo; la narrativa, con la poesía; el pasado, con el presente; unas vidas, con otras. Estamos ante un libro de relatos que no son islas que sólo comparten un espacio, sino que han sido hilvanados para formar una obra unitaria, pensada y trabajada. Y, aunque en un principio no fueron escritos como una unidad, la verdad es que tienen más sentido así, todos juntos.

La melancólica muerte del Chico Ostra, de Tim Burton

The Melancholy Death of Oyster Boy and other storiesEn 1997, Tim Burton publicó una recopilación de 23 cuentos cortos escritos en verso e ilustrados por él mismo. Las páginas estaban protagonizadas por unos niños solitarios, extraños y diferentes. Indefensos ante una sociedad que no los entiende, los chicos nos hacen reflexionar sobre temas como la diferencia, la soledad, la tristeza, la incomprensión y la muerte. El conjunto toma el nombre del relato más largo: La melancólica muerte del Chico Ostra, que nos cuenta la dramática historia de un chico que nace mitad humano y mitad ostra.

Aunque sabía de la existencia de esta pequeña joya, nunca antes la había tenido entre manos, hasta que el pasado 6 de enero los Reyes Magos lo dejaron bajo el árbol. El libro es realmente muy breve y se lee en un suspiro (una media hora). Lo leí en la versión original en inglés de Faber and Faber, pero se puede conseguir también en español. Aquí en España lo edita Anagrama y, a su favor, hay que mencionar que incluye en un anexo los versos en inglés para que podamos ver el sentido original de algunos versos que se modifican por aquello de mantener la rima.

Los niños que protagonizan estas historias nos resultan inquietantes y tiernos a la vez. Los aceptamos y rechazamos a la vez. En conjunto forman una familia que nos recuerda por una parte a los niños perdidos de Peter Pan – por su orfandad, ya que la mayoría son rechazados por sus familias, que quieren niños normales- y por la otra a películas como La parada de los monstruos -por sus excepcionalidades físicas y sus limitaciones-. Los niños se sienten solos, perdidos, reclamando atención y cariño. Su rareza, en algunos casos no los diferencia mucho de los superhéroes, sólo que a estos niños les han tocado poderes, o particularidades, poco útiles, inquietantes o incluso negativas.

Todo ello va acompañado de los dibujos de Tim Burton: ilustraciones sencillas, muy en su estilo. Tenebrosas e inquietantes, pero divertidas y dulces a la vez.

En cuanto a las historias, algunas se quedan a medias, sin llegar a un desenlace; otras simplemente nos presentan un personaje, o nos ofrecen un breve gag. También hay historias bien desarrolladas, que nos cuentan algo hasta llegar al final. En conjunto casi parece un libro de bocetos e ideas, que simplemente compendian imágenes muy poderosas que atraen a Burton, que le quieren decir algo. Que nos lo quiere decir a nosotros, incluso, casi como un grito que sale de un alma que se siente extraña, incapaz de conectar con la gente.

Este es uno de esos libros imprescindibles si eres un apasionado de los mundos de Tim Burton. Si no lo eres, mejor que ni te acerques a él.

Entradas relacionadas:

Frankenweenie, de Tim Burton

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Cuentos macabros, de Edgar Allan Poe, con ilustraciones de Benjamin Lacombe

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Sombras tenebrosas, de Tim Burton

https://laestanteriadenuria.wordpress.com/2012/06/04/sombras-tenebrosas-de-tim-burton/

Tim Burton por Tim Burton, de Mark Salisbury (ed.)

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Siete relatos góticos. Del papel a la pantalla, de Sara Martín Alegre

Siete relatos góticos. Del papel a la pantalla.Estos últimos meses (y los siguientes) ando enzarzada en un trabajo sobre Tim Burton, por lo que me he podido dar cuenta que cuando buscas información sobre cine, adaptaciones, monstruos, lo fantástico y lo gótico, tarde o temprano acabarás cruzándote con Sara Martín Alegre. Sara Martín es profesora de literatura inglesa y estudios culturales en la UAB y en la UOC y está especializada en estudios góticos, adaptaciones cinematográficas, masculinidad y la definición de lo popular. Entre los libros en los que ha trabajado, hoy quiero destacar Siete relatos góticos. Del papel a la pantalla, una antología (editada por Jaguar) de cuentos adaptados al cine dentro del marco de la ficción gótica anglosajona de entre 1818 y 1937 (las adaptaciones cinematográficas correspondientes son de entre 1932 y 1999).

Sara Martín defiende que el relato corto y la película tienen mucho más en común que la película y la novela (que es lo primero que nos viene en mente cuando pensamos en una adaptación): están pensados para ser disfrutados de una sola sentada y en un tiempo que no suele sobrepasar las tres horas y ponen un gran énfasis en lo visual, pero no permitiendo que el lector se distraiga de la trama.

El título no engaña: en este libro te encontrarás con siete relatos con sus respectivas fichas que te informarán de quién, cuándo y cómo fueron transformados estos relatos en películas. Además te hablará de las semejanzas y diferencias entre originales y adaptaciones, así como de su recibimiento por parte del público. Además de estas fichas, también encontramos un prólogo de Antonio Ballesteros y una introducción de la propia Sara Martín, ambos muy interesantes.

Los relatos que encontramos son:

  • La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving. Éste es el relato más famoso gracias a la adaptación de Tim Burton. Sin embargo, al leerlo nos damos cuenta de que la película poco tiene que ver con el relato original, del que sólo toma algunos nombres de personajes e imágenes como el jinete decapitado o el árbol. Aún siendo el más conocido es el que se hace más pesado de leer por lo lenta que avanza la acción y la poca empatía que despiertan los personajes.
  • Un incidente en el Puente del Arroyo del Búho, de Ambrose Bierce. Cuenta los momentos previos a la ejecución de un ahorcado y cómo éste consigue escapar. Tiene un final inesperado que da interés a un conjunto que de otra forma no lo tendría.
  • La historia de Hoichi el Desorejado, de Lafcadio Hearn. Historia ambientada en Japón de cómo unos fantasmas engañan a un ciego y cómo el desafortunado se libra de ellos.
  • El arte de echar las runas, de M. R. James. Es una historia realmente tensa e interesante sobre una maldición y que te deja enganchado a las páginas del libro esperando ver cómo se libra de ésta el protagonista.
  • Espuelas, de Clarence Aaron “Tod” Robbins. Éste es el relato que inspiró a la conocida película La parada de los monstruos. Habla de humillación, odio y venganza; y, aunque estos temas se mantienen, son tratados de formas tan distintas en el papel y el celuloide que incluso llegan a cambiar en cierto modo con qué personajes empatizamos más. Mucho mejor el relato escrito a mi parecer, aunque la película no tenga ningún desperdicio.
  • La presa más peligrosa, de Richard Connell. Éste es el relato que más me ha gustado. Está realmente muy bien narrado, sobre todo en la parte de la caza. Un marinero le cuenta a un cazador en alta mar que están cerca de una isla que los más supersticiosos temen. Cómo no podía ser de otra forma, el cazador sufre un incidente y cae al agua, yendo a parar a la susodicha isla y descubriendo el motivo del temor.
  • El Diablo y Daniel Webster, de Stephen Vincent Benét. Es una de esas historias en las que alguien hace un pacto con el Diablo, pero que a la hora de hacer el pago se echa atrás e intenta deshacer el trato.

Los relatos están traducidos por la propia Sara Martín, quién también ha hecho la recopilación. El resultado es un buen trabajo, con una gran documentación y una cuidada edición y traducción. Es ideal para leer un cuento al día (sobre todo para aquellos que no tienen tiempo): la mayoría de ellos no te tomarán más de una hora.