Oliva y el mal humor: el resultado de hacer pagar a los demás nuestro mal humor


Olivia y el mal humor¿Quién no ha hecho pagar alguna vez a los demás el haber tenido un mal día? Está mal, y lo sabemos. Luego nos sentimos fatal y, aún así, no siempre nos controlamos. Los adultos caemos en este error a menudo, pero los pequeños también. Y lo cierto es que cuanto antes aprendamos a empatizar con los demás y a controlarnos a nosotros mismos, mejor. Y sobre esto trata el libro del que quiero hablar hoy, Oliva y el mal humor, de Tor Freeman, un álbum ilustrado publicado por la Editorial Flamboyant.

Trabajar las emociones de los niños: el enfado

En Oliva y el mal humor, se nos habla del enfado desde el humor. Es, de hecho, un libro divertidísimo, que arrancará fácilmente las carcajadas de los más pequeños, pero que también los hará reflexionar sobre cómo se sienten los distintos personajes y por qué se sienten así. Lo consigue a través de unas ilustraciones muy expresivas y graciosas, fáciles de entender y que trasmiten los sentimientos de los personajes de forma muy efectiva.

Oliva, la protagonista, tiene un mal día. Y, por ello, reparte malas palabras con todo el que se cruza. Así es como termina contagiando el mal humor a todos sus amigos. Reparte el mal ambiente, en forma de nubes negras, por allí donde pasa. ¿Cómo romperán con esta espiral negativa?

La inestabilidad del humor de Olivia da pie a reflexionar con los niños sobre cómo afrontar el mal humor, cómo analizar las causas de este y como evitar hacer pagar por ello a los demás. Un libro pensado para trabajar la inteligencia emocional, para aprender a ponerse en la piel de los demás, a rectificar, perdonar y hacer las paces. Todo ello en un tono, como he dicho, muy divertido.

Identificar y controlar las emociones: El monstruo de colores

51dspnUEfVL._SY493_BO1,204,203,200_El monstruo de colores se ha levantado raro hoy. Está confuso y aturdido. Se ha hecho un lío con las emociones.

La educación emocional de los más pequeños es un tema que preocupa a Anna Llenas, autora de El monstruo de colores. Y, de hecho, cada vez a más gente, ya que hemos tomado consciencia de la importancia que tiene en el desarrollo de las personas el entender las propias emociones. Anna Llenas es profesora y arteterapeuta especializada en arte y educación emocional y su libro, El monstruo de colores, se ha vuelto ya imprescindible si hablamos de este campo.

El monstruo de colores debe poner en orden sus sentimientos. Para ello, primero los separa, los define y los identifica con un color. Así, la alegría es amarilla, luminosa, te hace reír, bailar y saltar. La tristeza, en cambio es azul, melancólica y te quita las ganas de hacer cosas. Finalmente, cuando ha definido cada uno de los sentimientos básicos, los clasifica y separa en botes. Pero, al hacerlo, descubrirá uno nuevo que explica a qué venía ese lío.

Hoy sabemos que no hay que enseñar a los niños a reprimir sus emociones. Ni la tristeza, ni la ira, ni ninguna otra. Al contrario, es muy importante que el niño las sienta, las entienda y sepa como expresarlas, para aprender a gestionarlas adecuadamente. Tampoco hay que menospreciarlas, ni pensar que no son importantes por venir de niños. Lo que para nosotros puede carecer de importancia, para ellos puede ser primordial. Son sus sentimientos, lo que para ellos es importante en ese momento. Desde luego, no les ayuda decirles que no estén tristes porque sus problemas no son problemas de verdad.

Este cuento es un muy buen punto de partida para trabajar las emociones con los más pequeños. Con un mensaje claro y unas ilustraciones sencillas, pero con mucha fuerza, se comunica con los niños de tu a tu, de forma efectiva, para enseñarles a identificar y gestionar las emociones.