Una mansión en Praga, de Rocío Castrillo

Una mansión en PragaCuando oímos aquello de que “el siglo XX ha sido para Europa el siglo de la guerra y la barbarie” siempre pensamos en la Segunda Guerra Mundial y los campos de concentración nazis. Sin embargo, otros genocidios que no hay que olvidar se han perpetrado en Europa más tarde y siguen en nuestros días en muchas partes del mundo. El libro del que voy a hablar hoy es una apuesta a favor del pacifismo, que hace un repaso a las guerras de los años 90 y las de este siglo (Yugoslavia, Chechenia, Zaire, Kosovo, Sierra Leona, Afganistán e Irak) y de los atentados terroristas en Nueva York y Madrid. La transición entre los dos siglos también ha sido dura.

Hace ya algunos meses, Rocío Castrillo me envió por e-mail su primera novela, Una mansión en Praga. Como las lecturas se me acumulan, le prometí que lo leería, pero que tardaría un poco en hacerlo. La semana pasada finalmente me puse a ello y me enganchó en seguida. En tres o días lo tuve leído (y eso, porque tenía que ir a trabajar).

El libro empieza a finales de 1993, en el Sarajevo sitiado, donde Alexander Korac pinta el horror de la guerra mientras planea huir a Praga. Ha presenciado cosas horribles que no le dejan dormir, no le dejan vivir, no le dejan amar. El suicidio desesperado de su cuñada que se llevó también a su sobrina ha quedado marcado a fuego en su retina. La promesa que le hizo de pintar su desesperación le impide coger los pinceles.

En Praga conoce a Adriana, una española que ha heredado una vieja mansión perteneciente a su abuela y se dispone a restaurarla para montar un negocio de organización de eventos. Además de la mansión, otro legado familiar configura su existencia: el estigma de las mujeres que aman demasiado.

El destino hace que sus miradas se crucen en un bar y surge un deseo feroz que lo arrasa todo. Ella está condenada a amar demasiado, él a no poder amar.

Para ser ésta la primera novela de la autora, está muy bien. Los personajes están bien creados. Tienen un carácter marcado y unos objetivos claros en su vida. Ella no es una chica bobalicona que se deja engañar por el malote de turno. Él no es un chico perfecto hasta hacer rabiar. La relación entre ambos, sin embargo, es demasiado tópica: es la historia de la Bella y la Bestia. Él tiene un mal en su interior que sólo el amor verdadero de la persona adecuada puede curar. Me pone nerviosa el hecho de la absoluta belleza de los dos personajes. Ninguno de ellos puede salir de casa sin que alguien tenga que admirar su hermosura, su estilo al vestir, su cuerpo o lo que sea. Al final dan un poco de rabia y todo. ¿No puede haber historias de amor con personajes normales? ¿De verdad se puede ser tan guapo que no pueda pasar un día sin que alguien te lo recuerde?

Otra cosa a mejorar son algunos diálogos algo forzados. No son la mayoría, pero cuando ocurre, se nota. No es normal que alguien diga, al darse cuenta de que la persona con la que hablas lleva una carpeta: “Acabo de percatarme de su existencia”. Nadie habla así, no. Y lo es menos el que una mujer rompa aguas y una anciana que la adora le diga: “Llegó la hora, hija. Has roto las aguas y empieza el proceso del parto. Ahora mismo llamo a la doctora Nóvakova.” ¡Qué calma! ¡Qué falta de emoción en un momento así! Que no digo que haya que chillar como una loca, pero esto tampoco es muy normal que digamos…

Aún con estas pequeñas cosas, el libro es recomendable. Es interesante ver como la historia de ambos avanza marcada por las convulsiones de la historia. Él se convierte en Ulises viajando de batalla en batalla para encontrar el reposo. Ella es Penélope, esperando con dolor, aunque con menos paciencia.

Adorno se preguntaba si es posible volver a escribir tras Auschwitz, Rocío Castrillo se pregunta si es posible amar tras el horror. A ambas cuestiones hemos visto que sí: el hombre tiene una capacidad de curación sorprendente. Adriana es una chica que quiere ser fuerte, pero no lo es tanto. Es capaz de soportar estoicamente a un hombre que no le dice que la ama, que la abandona continuamente y que no la apoya en momentos en que lo necesita. Pero claro, es que es incapaz de amar y ella debe curarlo. Pero esta voluntad de ser fuerte ya marca una diferencia respecto a la mayoría de protagonistas de las historias románticas: Adriana coge fuerzas de sus amigos, de su familia, de su negocio y de donde puede, se levanta y sale de fiesta. Sabe que la vida es demasiado corta para pasarla llorando.

Esto novela tiene muchas cosas positivas: una gran fuerza narrativa, un buen argumento y una mezcla de tragedia y humor. Nos lleva a reflexionar sobre la forma de vivir, amar y relacionarse de aquellos que han sufrido el horror.

Como no es fácil de localizar, diré que el libro se puede encontrar en Amazon y en Enxebrebooks, donde se pueden leer de forma gratuita los cuatro primeros capítulos. Bueno es saberlo.

Sorgo rojo, de Mo Yan

Mo Yan es el autor chino más conocido, más prohibido y más leído de China debido a su interés en contar su historia reciente de la forma más cruda. Su nombre real es Guan Moye, pero usa el pseudónimo «Mo Yan», que significa literalmente «no hables» para denunciar el problema de la censura en su país. En 2008 Mo Yan auguró que aún hacían falta cien años para que un chino pudiera optar a un premio Nobel de Literatura. Por suerte Mo Yan se ha dedicado a escribir novelas históricas y no predicciones, pues hace poco más de un mes que fue galardonado con el premio de la Academia Sueca al que también optaban Alice Munro, Philip Roth y Haruki Murakami. Su novela más conocida en España es Sorgo Rojo, en gran parte, debido a la película homónima de 1987 realizada por Zhang Yimou. La novela, aquí en España, la publica El Aleph.

Sorgo Rojo habla de la vida en el mundo rural de China de los años 20, 30 y 40, momento en el que aún vivían bajo un sistema feudal. El tema central es la influencia de una guerra tan cruel como la de China y Japón en la vida cotidiana de los civiles. La historia se sitúa al noroeste de China, en la provincia de Shandong, donde una joven es obligada a casarse con un viejo leproso muy rico que tiene una destilería donde se produce vino de sorgo. Su tiempo de casada dura muy poco, pues el Yu Zhan’ao, uno de los portadores del palanquín en el que viaja la novia, se enamora de la chica y asesina a su marido, dejándola así como propietaria del negocio.

La novela explica la historia de tres generaciones de la familia del narrador, quien se encuentra frente a las tumbas de sus familiares en un terreno en el que antes crecía el sorgo. Mo Yan muestra un manejo del tiempo y de los puntos de vista realmente extraordinario, dando continuamente saltos en el tiempo que, como piezas de un puzzle, van formando un mosaico que poco a poco nos hace entender los acontecimientos. Esta forma de contar los hechos recuerda mucho a Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Aún con tantos saltos, el lector no se pierde sino que se queda pegado a la silla sin perder la vista de las páginas que nos cuentan una historia real y dramática. Así, la historia toma la estructura de una biografía hecha de retazos. Cualquier objeto o historia puede recordar otra escena al narrador, que interrumpe el relato para llevarnos hasta ella y luego volver, de tal forma que casi parece estar escuchando un relato oral.

El sorgo trasciende en esta novela la calidad de producto y adquiere un estatus mucho más elevado. El sorgo es fuente de riqueza y alimento. En el sorgo uno puede unirse con su amante sin temor a ser visto. Con el sorgo se puede vendar y sanar una herida. El sorgo puede ocultarte de tus enemigos más mortales. Incluso puede envolver un cadáver y acompañarlo en su camino a la otra vida.

La novela no ahorra detalles al contarnos el horror de la guerra. En ella vemos sangre, pus, hambre, desesperación y muerte. Casi podemos oler la putrefacción de los cuerpos que se acumulan en los desoladores paisajes que nos describe. Nos muestra la guerra des del bando de los perdedores que saben desde un principio que no pueden ganar por su falta de recursos al enfrentarse con un poderoso enemigo sin posibilidad de rendirse.

Sorgo rojo es una novela que trata sobre la historia, la memoria, la crueldad de la guerra y la familia. Es una ficción realista y dramática, pero sin sensacionalismo, en la que descripciones de gran belleza se alternan con escenarios horribles para mostrarnos una historia sobre la lucha de contrarios: supervivencia y muerte, guerra y paz, crueldad y piedad, amor y destrucción, fidelidad y traición, felicidad y desesperación.