Creo que antes de El libro rojo de Raquel, nunca había leído literatura lésbica y, gracias a la editorial La Calle, he leído ahora también Las andanzas de Lara.
La protagonista, Lara, es una estudiante de Medicina que vive en una residencia para chicas custodiada por unas monjas cotillas. Para una chica con inclinaciones lésbicas, vivir en un sitio así puede ser una fuente constante de distracciones. Lara tiene un pasado, del que se nos destaca su relación con Kate, que ahora es una loca que la persigue y amenaza; y su verano con Sandra, una escritora de éxito.
A parte de Lara, conocemos también a cuatro amigas de la protagonista, que se fueron de viaje a Tenerife mientras ella vivía su propia aventura con la escritora. Así, el libro comienza con el relato que le cuentan del viaje a las islas. Las amigas de Lara son muy diferentes entre sí, tanto en carácter como en preferencias sexuales, y este primer capítulo nos sirve precisamente para comenzar a hacernos una idea de ello.
No me ha gustado nada como trata el grupo de amigas a Laura. Laura es una chica que se encuentra atrapada en una relación con un chico que se enfada demasiado fácilmente y en una familia muy religiosa. Laura es virgen y pretende seguir siéndolo hasta el matrimonio. Las chicas disfrazan de preocupación una actitud que en realidad es una falta de respeto, ya que se divierten a su costa, provocando situaciones que la incomodan. A Laura, lo que en realidad le pasa, es que tiene que descubrir y aceptar su propia sexualidad, pero tiene demasiadas cosas en contra y, por ahora, se siente paralizada. Es un personaje del que me he quedado con ganas de saber más.
En este libro iremos conociendo a las chicas que Lara se liga durante su segundo curso en la universidad. Y hay cada una… La más destacable es Gregoria (o Goya, como quiere que la llamen). El título del capítulo es en sí un spoiler: “50 sombras de Gregoria Goya”. Así que no contaré nada más.
Estilísticamente, tengo que decir que el uso de los diálogos me parece excesivo. ¡Casi parece una obra de teatro! A veces se hacen pesados, porque cuentan muchas cosas que se pueden dar por hechas. Aun así, la historia es divertida y te hace pasar un buen rato.