Las preguntas que más me hacéis sobre ser lector editorial

Hace ya bastante tiempo que publiqué en este blog un post sobre el trabajo de lector editorial que suscitó mucho interés y, aún a día de hoy, sigo recibiendo mensajes con preguntas sobre ser lector editorial. Por ello, he decidido recopilar a continuación las más comunes, para poner la información que puedo ofreceros a vuestro alcance.

Antes de nada, quiero ser honesta y aclarar que no tengo la verdad absoluta y que mi experiencia como lectora editorial es lo suficientemente limitada como para no tomar mis respuestas como las únicas verdaderas. De hecho, si vuestra experiencia con el tema es distinta, os animo a compartirla en los comentarios.

¿Qué habilidades son necesarias para ser lector editorial?

Lo más básico es el amor por la lectura. Sentido común para entender qué busca la editorial para la que trabaja. No estaría mal que le guste verdaderamente el catálogo de la editorial para la que trabaja, para que le sea más fácil ver qué encaja.

También es importante la rapidez de lectura y tener una buena expresión escrita y una gran capacidad de análisis.

¿Es necesaria alguna formación específica para ser lector editorial?

No es necesaria, pero tampoco está de más. Hay muchos cursos para saber cómo hacer un informe de lectura. Yo, personalmente, hice el de Cálamo y Cran y me pareció muy interesante. También hay otros cursos como el de la Escuela Cursiva de Penguin Random House, o el de escritores.org, entre muchos otros.

Todos estos que he mencionado son cursos online de lector editorial, pero también los hay presenciales. Seguro que puedes encontrar alguno cerca de ti si lo buscas.

En los másters en edición también se habla de los informes de lectura, pero quizás queda más diluido entre otros temas al no ser un curso tan específico. Supongo que también depende del máster.

¿Es necesario saber idiomas?

Los editores necesitan gente que lea tanto manuscritos de escritores autóctonos como foráneos. Por tanto, no es obligatorio ser capaz de leer los originales en otros idiomas, pero sí es muy positivo hacerlo. Está claro que cuantos más idiomas conozcas, más posibilidades de trabajo tendrás.

¿En qué se fija un lector editorial?

El lector editorial debe valorar si el texto que tiene entre manos se adecua a la editorial para la que trabaja. Para ello deberá evaluar la calidad literaria, el potencial comercial y la posible cohesión dentro del catálogo.

¿Hasta qué punto es influyente la opinión de un lector?

El lector editorial no decide qué se publica y qué no. Sin embargo, el editor descarta manuscritos basándose en las opiniones del lector. Eso no significa necesariamente que los textos que pasen esta primera criba acaben siendo publicados.

¿Es trabajo del lector editorial proponer cambios o mejoras en los manuscritos?

No lo es, pero sí que puede detectar errores en el libro y avisar sobre ellos. A veces un manuscrito puede tener mucho potencial, pero hay que mejorar ciertos aspectos en él. No está de más señalarlo si se detecta.

¿En base a qué valora el lector editorial si algo es o no publicable?

Los criterios los marca el editor y el lector se debe ceñir a ellos. El lector no debe basarse tanto en sus gustos personales como en estos criterios. ¿Encaja el libro en la editorial o colección por temática? ¿Por calidad? ¿Por público? ¿El libro es original? ¿Es comparable a algo que haya en el mercado ahora mismo? ¿Habla de un tema que está de moda en el momento? Estos son algunos de los criterios que debe tener en cuenta.

¿Cómo es un informe de lectura?

Muchas editoriales tienen su propio modelo o plantilla de informe. Otras simplemente lo dejan en manos del lector. Pero sea como sea, casi siempre la base es la misma.

Primero, se hace una ficha técnica en la que se especifica el título de la obra, el nombre del autor (si se sabe, ya que a veces esta información de oculta al lector), el número de páginas, el género, el idioma original,…

Tras esta parte, viene una más descriptiva, en la que se hace un resumen de la trama principal muy breve (y que incluya el final, no es una sinopsis, es un resumen). También se incluye una descripción más detallada de la trama principal y las secundarias y de la estructura de la obra.

Tras esto, se hace una valoración literaria y comercial de la obra. A menudo se incluye una puntuación de estos aspectos del 1 al 10. Se puede hacer una relación de obras similares en el mercado, una comparación con otras obras del mismo género y una descripción del público objetivo. En este apartado se pueden incluir otros aspectos que el editor debe tener en cuenta: posibles dificultades de traducción, problemas en la trama o en los personajes, incoherencias. También es interesante que el lector incluya qué sensación tiene él, de forma personal, con el manuscrito (si le ha enganchado, le ha parecido interesante, etc.).

Por último, si el editor lo pide, puede hacer ciertas sugerencias orientativas para la portada, la sinopsis, la promoción o el título del libro. Esto, además de dar ciertas ideas, que pueden terminar siendo usadas o no, sirve también para transmitir al editor una idea del ambiente que se respira en el libro.

Os dejo un modelo de estructura de informe de lectura por si os sirve de ejemplo.

¿Se puede vivir de ser lector editorial?

No, en general no. Normalmente el lector editorial se dedica a ello en su tiempo libre y lo compagina con otro trabajo, o dedica una parte de su tiempo como autónomo a ello.

¿Hay que ser autónomo para ser lector editorial?

Los trabajos de lector editorial se deben facturar. Yo no soy gestora, así que no puedo dar consejos al respecto. Cada uno debe ver qué resulta más interesante en su caso (facturar a través de una cooperativa, ser autónomo, etc.). Sobre este tema podéis leer aquí o aquí.

¿Cómo contactar con una editorial para comenzar a trabajar? ¿Cómo consigo trabajo?

¡Ay! Ojalá tuviera yo la fórmula mágica para responder a esta pregunta. No te puedo decir nada que no sepas ya: llamar puertas, conocer gente, preguntar, enviar currículos,… Y tener suerte.

 

¿Tienes alguna pregunta más? ¿O quizás una respuesta diferente para alguna de estas preguntas? ¿Quieres ser lector editorial? ¿Conocías en qué consiste el trabajo?

El lector editorial

rata de bibliotecaDesde hace algunos meses estoy colaborando con algunos editores como lectora profesional. Cada vez que se lo digo a alguien, me mira con sorpresa y pregunta: “¿Qué es lo que hace un lector profesional? “.

Pues bien, un lector profesional se dedica a leer los manuscritos originales que llegan a las editoriales y realizar un informe que permita decidir al editor si se lee el manuscrito o lo descarta directamente. En el informe especifica las características externas del texto: título, autor (si lo sabe, en mi caso, yo no lo sé), cantidad de páginas, género, público al que va dirigido, etc. Luego hace un resumen del texto, que tiene que ser lo suficientemente explícito para que el editor entienda qué ocurre en el libro, pero a la vez debe ser breve. El resumen va seguido de una valoración literaria (temas, estructura, incoherencias, estilo, originalidad, personajes,…) y una valoración comercial (si va acorde con la línea de la editorial, si hay libros similares en el mercado, …). Normalmente la editorial da una plantilla al lector para que sepa en qué debe fijarse, pero también hay otras que dan más libertad. El informe de lectura es un documento que analiza un texto susceptible de ser publicado. Tiene carácter interno, por lo que el autor no suele llegar a leer el informe.

Dada la gran cantidad de manuscritos que reciben las editoriales, el lector editorial resulta imprescindible para establecer un primer filtro y aligerar el trabajo del editor. Yo hice un curso en Cálamo y Cran, pero ciertamente para ser lector profesional lo único que se te pide es que lo lleves dentro. Aunque si tienes estudios de filología, humanidades o periodismo, mejor. Tienes que haber leído mucho y tener una gran afición por los libros. Lo principal es tener sentido común y haber leído cantidades ingentes de libros.

El lector no decide lo que se publica, éste es el trabajo del editor. Sin embargo, el lector decide a menudo lo que no se publica. Un lector editorial cobra muy poco (no puede vivir de ello únicamente), gana enemigos y dioptrías y trabaja en el anonimato. Esto último, de hecho, es mejor así. En caso contrario tendríamos que lidiar con los autores de los manuscritos rechazados y no creo que fuera agradable. La verdad es que aún con todo, si realmente te gusta leer, es un trabajo gratificante, pues haces lo que más te gusta hacer.

¿Vender libros en bibliotecas?

BibliotecaDesde hace casi una semana existe un nuevo acuerdo entre el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y el Gremio de Libreros. Este acuerdo permitirá vender libros en las bibliotecas a partir del próximo mes de octubre. El objetivo, dicen, es fomentar la lectura facilitando el acceso a los ciudadanos a la máxima oferta de libros posible.

Así, un pedido realizado desde la biblioteca por parte de un usuario será entregado en 24 o 48 horas en la misma biblioteca (también se está estudiando la posibilidad de hacer entregas a domicilio, lo cual suena mejor). Los pedidos se harán mediante Liberdrac, la librería digital del Gremio de Libreros, que se espera que sea la base de la futura biblioteca pública digital catalana.

También se prevé que en las bibliotecas se instalen aparadores de novedades y de lecturas recomendadas por parte de los libreros cercanos. Por otro lado se descarta la instalación de librerías dentro de las bibliotecas, pues se entiende que de esa forma las librerías y las bibliotecas se acabaría solapando en sus funciones. Se pretende también organizar actividades y eventos de forma conjunta en favor del fomento de la lectura, como pequeñas ferias de libros o talleres.

La iniciativa surge de dos necesidades: a las librerías les faltan lectores y a las bibliotecas (gracias a los recortes) les faltan libros. La idea es que sea más fácil para el usuario encontrar lo que busca, sea mediante préstamos o compra, a la vez que el librero de proximidad se beneficia del volumen de gente que asiste a las bibliotecas. Este convenio prevé que las bibliotecas también se beneficien de libros cedidos de manera gratuita para el préstamo.

Personalmente, creo que la medida llega tarde. La verdad es que hace unos años creo que habría ido bien, pero hoy en día no creo que haya ningún usuario que no compre libros por no poder ir a la librería, por lo que no acabo de ver qué valor añadido puede ofrecer al usuario esta medida. Si uno puede comprar un libro desde casa y recibirlo en dos días, ¿para qué va a ir a una biblioteca para lo mismo?

Por otro lado, la irrupción de la mercantilización del libro en la biblioteca puede llevar a la misma a reproducir los mecanismos propios de las librerías en las que se da prioridad a los best-sellers del momento.

¿Vosotros qué opináis sobre el tema?

Sobre los agregadores de ebooks

EbooksUna de las cosas que se han de tener en cuenta cuando uno se autopublica es dónde el lector va a poder encontrar tu libro. Internet es el gran aliado del autor que decide autopublicar, pero es importante conocer bien las herramientas de las que uno puede disponer para evitar que tu libro se hunda en la vorágine de nuevos libros que cada día ven la luz. Distribuir el libro en formato papel es costoso y dependerá de los recursos económicos del propio autor. No es de estos libros de los que quiero hablar hoy, sino de los libros en formato electrónico.

Ya os hice un listado de algunas opciones con las que cuenta el autor en la red cuando quiere autopublicar. Sin embargo, uno de los problemas con los que nos encontramos a menudo con algunas de estas plataformas es que se encuentran vinculadas a un dispositivo en concreto (Amazon con Kindle, Apple Store con los iPads y demás dispositivos de Apple, Casa del Libro con Tagus, etc.). Cada una de estas plataformas te autopublica los libros, pero, para asegurarse la venda, lo venden sólo en su plataforma (incluso, a veces, se vende sólo en el formato compatible con su dispositivo).

El problema para el autor, normalmente poco conocido, es que el lector debe recordar no sólo el nombre del libro, sino también en qué plataforma debe buscarlo. Además, debe tener el dispositivo adecuado para leerlo, o convertir el archivo.

Para responder a esta nueva necesidad han nacido los agregadores de ebooks como Bookwire, Inscribe Digital, INGRAM, Bebookness o Smashwords. En estos agregadores tanto los editores, autores y distribuidores pueden subir los libros y el agregador se encarga de difundirlos en todas las plataformas. De esta forma el lector puede encontrar el libro sin problema en la mayoría de las tiendas digitales. Algunos de estos agregadores ofrecen también los mismos servicios que las plataformas de autopublicación, con la ventaja de la distribución.