Top Ten autores que estoy deseando conocer

 

1. Benjamin Lacombe

2. Edna O’Brien

3. John Green

4. Karina Schaapman

5. Paco Roca

6. Zidrou

7. J.K. Rowling

8. Patrick Rothfuss

9. Guy Delisle

10. Ransom Riggs

Top Ten libros para leer de una sentada

1. 49 goles espectaculares, de Davide Martini

2. Peter Pan, de J. M. Barrie

3. ¿Qué soñaran las camas?, de Mar Benegas

4. De Fukushima a Corfú. Una fábula japonesa, de Carmen Domingo

5. Pulsaciones, de Javier Ruescas y Francesc Miralles

6. Génesis, de Bernard Beckett

7. La casa, de Paco Roca

8. Demasiada roca solitaria, de Alberto García Salido

9. Tocados, de Damián Alcolea

10. Los diarios de Adán y Eva, de Mark Twain. Ilustrados por Francisco Meléndez

 

Top Ten Tuesday: Libros que me gustaría dar como regalo

 

1. Hambriento, de Nach

2. La casa, de Paco Roca

3. El niño que se olvidó de dormir, de Rush Smith

4.Los diarios de Adán y Eva, de Mark Twain. Ilustrados por Francisco Meléndez

5. Génesis, de Bernard Beckett

6. París era una fiesta, de Ernest Hemingway

7. Retratos gatunos, de Benjamin Lacombe y Sébastien Perez

8. El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

9. Blancanieves, ilustrado por Benjamin Lacombe

10. Ardalén, de Miguelanxo Prado

La casa, de Paco Roca: la memoria, el paso del tiempo y los lazos familiares

La casa, de Paco RocaLa casa es, sin duda, uno de los cómics más personales de Paco Roca: un homenaje a su padre fallecido que le llevó a ganar el premio al Mejor Cómic Nacional de 2015. Como sabéis, soy muy fan de los cómics de Paco Roca, por lo que tenía ganas de leerlo desde hace mucho tiempo.

La memoria, el gran tema de Paco Roca

Tres hermanos regresan a la casa de veraneo donde crecieron un año después del fallecimiento de su padre. Su intención es limpiarla, vaciarla, reformarla y venderla. Sin embargo, una vez allí, la casa despertará los recuerdos de los que fue testigo. Cada punto de vista de los hermanos da un nuevo significado a estas anécdotas y redefine también tanto al padre fallecido como a los hermanos, a quienes acabamos conociendo tan bien que nos sentimos parte de la familia. A través del contacto con los objetos del pasado, los recuerdos desenterrados y las charlas con los vecinos y la familia, los hermanos se reconciliarán con su pasado y llegarán a entender mucho mejor a su padre.

Así, Paco Roca reflexiona sobre el paso del tiempo, el afecto familiar, las oportunidades perdidas y la construcción de la familia. Todo ello contado con sencillez y sensibilidad. Todos estos temas nos remiten a uno: la memoria. El tema de la memoria es central en los cómics de Paco Roca: Arrugas, Los surcos del azar, El invierno del dibujante, El Faro,… y es tratada, como siempre, de una forma costumbrista, emocional y cercana.

La figura del padre

En la memoria colectiva española se encuentra la casa de veraneo en el campo o en la playa. La segunda vivienda, construida con mucho esfuerzo, suponía para los hijos de la posguerra un salto en el status quo: el abandono —quizá ficticio— de la clase baja proletaria hacia la clase media. El padre fallecido también luchó para obtener otro gran logro: que sus tres hijos pudieran estudiar, a diferencia de él. Este parte forma parte de una generación con rasgos comunes: el afán de ahorro, la sequedad —incluso brusquedad— en el trato como sinónimo de masculinidad, el hecho de dedicarse a las reparaciones domésticas con tal de no gastar demasiado. Estas actitudes crean un desgarro con la siguiente generación, más acomodada y que no entiende la actitud de sus progenitores.

Paco Roca nos habla de la necesidad de comprender a esta generación y hacer las paces. En el fondo, de lo que nos habla es de que nuestro tiempo es limitado y hay que dedicarlo más a los nuestros. En definitiva: nos invita a visitar o, como mínimo, a llamar más a menudo a nuestros mayores, antes de que sea demasiado tarde.

Una novela gráfica escrita y dibujada desde el corazón

Paco Roca es un excelente narrador. Esto ya lo sabíamos, pero lo confirmamos al ver como la primera página del libro ya nos golpea sin piedad. Un señor mayor se pone el abrigo, sale de su casa y cierra con llave. Ya nunca más volverá a ella. Paco Roca parte de su propia experiencia ante la muerte de su padre para contarnos una historia que ocurre todos los días: unos hijos que deben decidir qué hacen con las pertenencias de un progenitor fallecido mientras tratan de reconciliarse con los recuerdos. Los objetos se muestran impregnados de la esencia de su dueño. En este cómic los detalles son más importantes que nunca: las fotografías, las herramientas, los espacios, los árboles y la decoración son huellas del pasado. Así pues, al leerlo hay que prestar especial atención a los objetos y detalles que pueblan las viñetas.

Se trata de una historia efectiva, contada con amor y con una muy acertada reflexión sobre el paso del tiempo. Y se explica con sencillez y con calma, sin aspavientos ni melodramas. Y mucha, mucha ternura.

Top Ten Novelas gráficas favoritas

1. Los surcos del azar, de Paco Roca

2. La broma asesina, de Alan Moore y Brian Bolland

3. Alter y Walter o la verdad invisible, de Pep Brocal

4. La Mondaine 1, de Zidrou y Jordi Lafebre

5. Ardalén, de Miguelanxo Prado

6. Kiosco, de Juan Berrio

7. ¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?, de Zidrou y Roger Ibáñez

8. Miércoles, de Juan Berrio

9. El invierno del dibujante, de Paco Roca

10. Fashion Beast, de Alan Moore, Antony Johnston y Facundo Percio

Andanzas de un hombre en pijama, de Paco Roca

andanzasdeunhombreenpijamaYa echábamos de menos a Paco Roca y por fin ha vuelto a las librerías, con una recopilación de las páginas que dibuja para El País Semanal, tal y como había hecho ya con Memorias de un hombre en pijama (aunque por aquel entonces dibujaba para el diario Las Provincias). La recopilación esta vez se llama Andanzas de un hombre en pijama y, como ya viene siendo costumbre, le publica Astiberri.

El cómic lo protagoniza ese alter ego de Paco Roca, un personaje despistado, inocente y un poco en las nubes, que trabaja desde casa y, por tanto, pasa gran parte del día en pijama. En el cómic nos encontramos con un humor amable, aunque la acidez crece respecto al anterior tomo, sin duda por el endurecimiento de la crisis que estamos viviendo (la crítica política gana peso). Probablemente también porque la realización de estas páginas coinciden en el tiempo con las de Los surcos del azar, el cómic gana profundidad y se deja entrever una reflexión tras el humor. Quizás se podría decir que es un cómic más «periodista». Aún así, el cómic nunca pierde su vocación costumbrista, por lo que vemos a Paco como padre, como pareja, como trabajador,… o como desastre en general.

Al final aparece una historia inédita, un poco más larga, que es una reflexión sobre el acto de crear en sí mismo. En él se encuentran el Paco del pasado, el del presente y el del futuro y comparten sus miedos, inquietudes y expectativas sobre el porvenir que le espera a cada uno de ellos. Es fácil sentirse identificado con las preocupaciones de todas las versiones de Paco, pues todos hemos vivido inquietudes semejantes.

Lo mejor de este personaje es que es muy cercano, con lo que dan ganas de conocer al autor por ver si es tan majete como se ve en la historia (ojo, no lo pongo en duda). La historia da para relajarse y echarse unas risas, pero también para reflexionar e intentar comprender un poco más el mundo que nos rodea.

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10 libros que compraría en octubre si fuera rica

1. La música del silencio, de Patrick Rothfuss

244_L343575.jpgLa Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas existe un mundo en penumbra, cuya existencia sólo unos pocos conocen.

En ese laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de escaleras serpenteantes y pasillos semiderruidos vive Auri. Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de la Subrealidad, para ella un lugar acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay otros misterios que no conviene remover; es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: ella sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas.

2. Las pruebas, de James Dashner

22_pResolver el laberinto se suponía que era el final. No más pruebas, no más huidas. Thomas creía que salir significaba que todos recobrarían sus vidas, pero ninguno sabía a qué clase de vida estaban volviendo. Árida y carbonizada, gran parte de la tierra es un territorio inservible. El sol abrasa, los gobiernos han caído y una misteriosa enfermedad se ha ido apoderando poco a poco de la gente. Sus causas son desconocidas; su resultado, la locura.

En un lugar infestado de miseria y ruina, y por donde la gente ha enloquecido y deambula en busca de víctimas, Thomas conoce a una chica, Brenda, que asegura haber contraído la enfermedad y estar a punto de sucumbir a sus efectos. Entretanto, Teresa ha desaparecido, la organización CRUEL les ha dejado un mensaje, un misterioso chico ha llegado y alguien ha tatuado unas palabras en los cuellos de los clarianos. La de Minho dice «el líder»; la de Thomas, «el que debe ser asesinado».

3. Breve historia del cómic, de Gerardo Vilches

BH_ComicBreve historia del cómic propone un viaje por la apasionante trayectoria de un medio artístico lleno de vitalidad. De las primeras historietas de prensa hasta la novela gráfica, la obra ofrece un recorrido por los principales autores y obras de la historia del cómic universal. Este título muestra los orígenes del cómic y su evolución como un medio de masas orientado a los jóvenes y leído por millones de personas en todo el mundo. Las grandes tiras de prensa americanas, los primeros superhéroes, el nacimiento del manga o la creación del célebre Tintín son algunas de sus claves. Los cambios políticos y sociales de los años sesenta también afectaron al cómic: surgieron las primeras historietas dirigidas específicamente a lectores adultos. El cómic underground, la ciencia ficción de las revistas francesas o los primeros intentos de cómic adulto en España convivieron con los inicios de los superhéroes de Marvel o la diversidad de géneros del manga. A partir de los años ochenta, el cómic se ha convertido en un medio de expresión adulto integrado plenamente en la cultura contemporánea, muestra de ello son el cómic independiente americano, el nuevo cómic francés, el surgimiento de un manga adulto y la aparición de la novela gráfica. Gerardo Vilches consigue en este riguroso y ameno ensayo que el lector pueda profundizar en la historia de este medio artístico y lo completa con una excelente guía de las cien obras imprescindibles del medio.

4. El niño que sabía hablar el idioma de los perros, de Joanna Gruda

51d9-S0h54L._AA160_«De pequeño, tuve unos padres. Y también un tío y una tía. Luego me metieron en el orfanato. Entonces, vino la guerra, igual que para todo el mundo. Después de la guerra, tuve unos padres. Y también un tío y una tía. Pero ya no eran los mismos».

«Mi existencia empezó con una votación del Partido Comunista de Polonia. Que me fue favorable. ¡Fetos del mundo, uníos!».

«Transcurren varios meses hasta que mi madre vuelve para verme, en el verano de 1937. Descubro, con gran sorpresa, que ya no entiendo el polaco. No reconozco ninguna de las palabras que salen en fila india de su boca».

«Tenemos siete años. “¡No pasarán!”, gritamos en español y en francés, “¡Paz, pan y libertad para nuestros amigos españoles!”».

«¿Quién puede presumir de que lo busque la policía, en plena guerra, a la edad de doce años? Me parece algo excepcional. Pero me gustaría volver una última vez a la escuela».

«No lloro. Aunque estoy muy triste. Pero estamos en guerra y comprendo que mi estado de ánimo no viene a cuento».

La historia de Julek es tan increíble que solo él puede explicarla. Y solo él puede hacerlo con esa mirada de niño: tierna, triste y cómica; a veces cándida y otras demasiado madura; entre el Diario de Ana Frank y La vida es bella. La mirada de un niño que cambia tres veces de nombre, viaja por toda Europa y sufre el fanatismo de demasiadas banderas. Tiene dos armas secretas: sabe reírse y también sabe hablar el idioma de los perros.

5. El gran frío, de Rosa Ribas y Sabine Hofmann

9788416120642_L38_04_lFebrero de 1956. El invierno está siendo terrible, el más frío en España desde hace décadas. Esto no será un obstáculo para que Ana Martí, ahora reportera de un popular semanario de sucesos, acuda a un remoto y aislado pueblecito del Maestrazgo aragonés para cubrir el caso de una niña a la que han brotado los estigmas de la Pasión. El cura y el alcalde la reciben encantados ante la idea de que su “santita” se haga famosa en todo el país. Pero ni don Julián, el escéptico cacique del pueblo, ni la mayoría de los habitantes comparten sus simpatías hacia la forastera. Solo Mauricio, un pobre chico discapacitado, la inteligente y extraña niña Eugenia y la atormentada viuda que hospeda a Ana parecen dispuestos a hablar con ella. Pronto su olfato de periodista le dice que el caso de Isabelita no es el único suceso extraño que acontece en Las Torres…

El recuerdo de una niña muerta años atrás en misteriosas circunstancias, el fanatismo religioso y el frío glacial y la nieve que amenazan con dejar al pueblo incomunicado son el telón de fondo de la intrigas de El gran frío, un impactante thriller sobre los más bajos instintos de la condición humana que es a la vez un extraordinario retrato de la cruda realidad de la España rural en los años cincuenta.

6. No puedes besar a quien quieras, de Sandrine Revel y Marzena Sowa

p-nopuedesbesarQue un niño intente besar a una niña normalmente no tiene nada de particular. Y el que la niña se zafe y envíe a su pequeño amigo a freír espárragos debería ser lo suficientemente banal como para ser un episodio de tantos en las crónicas de una infancia corriente. Pero si una escena como ésta tiene lugar en una escuela de una república socialista durante una sesión de cine propagandístico muchos años antes de que el muro empezara a agrietarse siquiera, tiene todos los ingredientes para convertirse en un drama. Marzena Sowa y Sandrine Revel firman esta novela gráfica humana y emotiva en la que a través de los ojos de unos niños podemos observar el modo de funcionamiento de una sociedad vertebrada por la paranoia y la obsesión por el control. Una sociedad en la que un simple gesto, incluso el más ínfimo e inocente de la vida cotidiana, puede poner en marcha la despiadada cadena de la vigilancia, el chantaje y la denuncia de manera implacable.

7. Versus, de Luis Bustos

17_obra_bgTom King es un boxeador. Tom King es viejo. No siempre lo fue. Hubo un tiempo en que sus puños eran cemento, sus músculos se tensaban como el acero y su corazón bombeaba adrenalina con la potencia de una locomotora. Eran otros tiempos, sí. El público enfervorecido rugía con cada uno de sus golpes y aullaba con cada una de sus victorias. No faltaban nunca ni el dinero ni los amigos, y mucho menos faltaba un buen bistec en la mesa.

Pero ahora Tom King es viejo, y esta puede ser su última pelea. Su contrincante, Jesse Sandel, es todo lo que Tom fue: joven, fuerte, impulsivo, rabioso, feroz. En esta pelea Tom King se juega más que una bolsa de dinero. Se juega la vida entera.

Con Versus, basado y desarrollado libremente a partir de un cuento de Jack London, “Por un bistec”, Luis Bustos regresa al ring de la novela gráfica confirmando su extraordinario talento como dibujante y narrador. Tras el tour de force que supuso Endurance (Planeta, 2009), el relato del viaje a la Antártida de Ernest Shackleton, Bustos vuelve a sumergirse en los recovecos del alma humana donde se esconden las ilusiones y los desengaños, el ansia de gloria y el sabor amargo de la derrota.

Para culminar con éxito su empresa, el dibujante madrileño despliega toda una batería de recursos solo al alcance de un autor en estado de gracia: estructura narrativa no lineal, cambios de registro gráfico, composiciones inauditas, amalgamas inextricables entre texto y dibujo… Elementos que construyen una angustiosa y sólida trama sobre la eterna lucha entre lo viejo y lo nuevo. ¿Hasta cuando el sosiego y la veteranía que dan la madurez pueden contener el torrente de furia y la fuerza desbocada de la juventud?

8. Los tres círculos de plata, de Josep Cister

los-tres-circulos-de-plata_9788445002131Una ciudad secreta donde las personas viven en plena armonía con la Naturaleza. Una amenaza del exterior que anhela acabar con ese paraíso. Cuatro jóvenes amigos son los únicos capaces de evitar la destrucción de La Ciudad de los Árboles.

9. Andanzas de un hombre en pijama, de Paco Roca

andanzasdeunhombreenpijamaTras Memorias de un hombre en pijama (Astiberri, 2011), Paco Roca propone un nuevo recopilatorio de sus colaboraciones quincenales en la revista El País Semanal, que incluye además una historieta inédita de 12 páginas. El creador valenciano demuestra de nuevo su más acentuada vis cómica y capacidad de observación al poner en su punto de mira la vida cotidiana de un cuarentón que por fin ha conseguido su sueño infantil de quedarse en casa todo el día con el pijama puesto.

No obstante, en esta nueva etapa de su trabajo en prensa, el lector se encuentra especialmente con temas que preocupan al autor de Los surcos del azar e invitan a la reflexión. Así, Roca emplea un tono más serio, en ocasiones reivindicativo, que fluye en todo caso sin estridencias. La necesidad de poseer, la complicada gestión del tiempo libre, las dudosas artes en el ejercicio del poder que difícilmente casan con una deseable gestión del bien público, diferentes aspectos del hecho de crear, el negocio de las semillas, la burocracia de grandes corporaciones, los países de segunda mano o los esquivos resortes para la consecución del éxito son algunos de los asuntos en los que se adentra en sus viñetas.

Para el escritor Fernando Marías, se trata de “una creación ciertamente memorable. Aparte de la redondez narrativa de todas las historias, cada viñeta contiene a su vez un gag o microrrelato brillante. Una divertida reflexión sobre el proceso creativo de todo narrador. Una nueva prueba de la versatilidad de Paco Roca, capaz de emocionarnos en todos los géneros que aborda”.

10. Los políglotas, de William Gerhardie

fit-230x360Los políglotas, considerada una de las obras maestras subterráneas de la literatura inglesa y, para William Boyd, la novela más influyente del siglo XX en ese idioma, narra la historia de una excéntrica familia belga afincada en el Lejano Oriente durante los turbulentos años que siguieron a la Gran Guerra. Exiliados, empobrecidos tras el estallido de la Revolución Rusa, reciben la visita de un engreído primo inglés, el capitán Georges Hamlet Alexander Diabologh, que aparece en sus vidas durante una misión militar y se convierte en testigo de sus infortunios. La historia está plagada de personajes de una rareza arrolladora: maniacos depresivos, obsesivos e hipocondriacos. A medio camino entre Ada y el ardor, de Vladimir Nabokov y Trampa 22, de Joseph Heller, Los políglotas retrata un mundo delirante y convulso, donde lo irracional aflora en los momentos menos pensados y la herencia de Babel amplifica el sonido inconfundible de lo humano.

Los surcos del azar, de Paco Roca

Los surcos del azarHacía meses que esperaba el nuevo cómic de Paco Roca con tantas ganas, que cuando vi la portada de Los surcos del azar (Astiberri) en un catálogo del FNAC pensé que me había despistado y fui corriendo a buscarlo sin fijarme en que aún no había salido. La buena noticia al darme cuenta de la fecha real de publicación era que coincidía con el Black Friday y que me lo podía llevar con descuento el mismo día de salida al mercado. Parezco una groupie loca o algo así, pero os aseguro que la emoción está justificada: Paco Roca ha demostrado con cada uno de sus trabajos que es un valor seguro y éste no es, ni de lejos, una excepción.

Los protagonistas de Los surcos del azar son los republicanos españoles, integrados en la Nueve: la compañía, formada en su mayor parte por españoles exiliados, que liberó París de los nazis. “¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?”, la pregunta de Machado da título al cómic. La defunción, por pena, cansancio y frío, del poeta que se deja morir marca el final de la introducción y la resolución de los protagonistas a no darse por vencidos tan fácilmente. Poco podían imaginar los jovencísimos supervivientes de la Guerra Civil que no podrían abandonar las armas hasta muchos años más tarde y, mucho menos, que serían ellos los primeros en entrar en París con los carros de combate. Pero para estos luchadores no había otra opción: la guerra contra Franco y contra el nazismo era una misma guerra, la lucha por la democracia en Europa. Por ello se sintieron traicionados y abandonados cuando tras la muerte de Hitler se dio la guerra por terminada, legitimando que el fascismo siguiera imperando en España.

Los surcos del azar no es una historia más sobre la guerra. Es un trabajo documentado de cinco años, que trata de adentrarnos en el ambiente de incertidumbre y el espíritu de lucha de la época. Los personajes de Los surcos del azar se ven obligados a tomar decisiones vitales sin apenas información. Esto los lleva a tomar “caminos” que no saben a dónde les llevarán, tal y como sugiere la portada, en la que parece que ha caído una gota de tinta, con un sólo origen, de la que chorrean líneas azarosas en todas direcciones. Los caminos se bifurcan continuamente y cada vez que alguien se separa de alguien piensa que probablemente sea la última vez que lo verá.

La historia nos la cuenta Miguel Campos, quién desapareció en una de las misiones que solía hacer en solitario contra los nazis. Algunos investigadores apuntan que pudo estar en la preparación de la ofensiva antifranquista a través del Valle de Arán o, incluso, formando parte de tropas antifascistas en Marruecos. Paco Roca aprovecha la incertidumbre acerca de la suerte que corrió el antifascista, para meterse en las páginas del cómic y visitarlo en su supuesto domicilio en Francia. El recurso narrativo es interesante, ya que permite la introducción de reflexiones, preguntas, respuestas y reacciones tanto por parte del entrevistador como del entrevistado. La estructura recuerda a Maus y a las conversaciones que Spiegelman tuvo con su padre sobre su experiencia en los campos de concentración. Al contar la historia desde el presente, permite contar la amargura y el desengaño en el que han vivido los que se han sentido abandonados, sin poder volver al hogar por el resto de su vida. Paco Roca aprovecha también para reflexionar sobre el periodista que remueve los fantasmas de los entrevistados para luego irse, hacer su artículo, libro, trabajo,…, y no acordarse nunca más de ellos.

El gran logro de Paco Roca es que consigue transmitirnos, a nosotros, que conocemos la historia y que sabemos como termina, la sensación de incertidumbre que viven los personajes. La necesidad de aferrarse al hoy para seguir luchando porque igual mañana está muerto.

El proyecto comenzó en 2008 cuando Roca coincidió con Luis Royo y Manuel Fernández, dos de los republicanos españoles que lucharon en la Nueve. La historia le impresionó y empezó a investigar. Los surcos del azar es una obra llena de rigor, que ha requerido un gran trabajo de documentación y ha sido revisada por historiadores y militares. El cómic recuerda a Arrugas, por el contacto con el anciano y a El faro por estar ambientado en la Guerra Civil. Incluso se podrían considerar estos dos cómics como gérmenes de esta nueva obra maestra. Es por eso y por su maestría en la narración que no cabe duda de que se va a convertir inmediatamente en un clásico.

 

Os dejo un documental de La Nueve para aquellos que queráis saber algo más del tema:

Memorias de un hombre en pijama, de Paco Roca

Memorias de un hombre en pijamaA estas alturas, hablar sobre quién es Paco Roca y porqué es relevante entre los dibujantes españoles no tiene demasiado sentido. Para los despistados, os remito a las anteriores entradas en las que ya he hablado de él. Para el resto, paso directamente a comentar su último libro: Memorias de un hombre en pijama, publicado, como viene siendo costumbre, por Astiberri.

Memorias de un hombre en pijama es la recopilación de las tiras cómicas de cariz costumbrista-autobiográfico que se publicaron semanalmente durante más de un año en el periódico valenciano Las Provincias (como detalle curioso, el periódico aparece en la portada, encima de la mesa). Al tener que afrontar una publicación semanal, Paco Roca decidió basarse en lo que conocía: su cotidianidad. Es por ello que nos encontramos sin duda alguna ante su trabajo más personal hasta la fecha.

El personaje principal es, por supuesto, el propio Paco Roca, retratado como un cuarentón peterpanesco que ha conseguido cumplir su sueño de la infancia: poder quedarse todo el día en pijama en casa. ¿Cómo? Sencillamente porque por su trabajo como dibujante, se pasa el día en su estudio. Pero se da cuenta de que ya a sus cuarenta años, es todo un adulto y que debe comportarse como tal y empezar a apartar al niño que habita en su interior.

Su personaje es inocente y bondadoso. Nos cuenta su visión del mundo con un sentido del humor e irónico, pero nunca ácido. Tiene un aire soñador, del que no acaba de tocar el suelo con los pies. Un poco como Felipito (Mafalda), sólo que con unos años más. El autor se dedica a observar la realidad cotidiana desde una mirada ingenua, como la de aquel que quiere ser gamberro pero no le sale. Esta mirada se refuerza en el dibujo del personaje: vemos como Paco Roca tiene los ojos considerablemente más grandes que el resto de personajes (mientras que para los demás son dos puntos, para él son dos pelotas de ping-pong) esto refuerza el carácter curioso e inocente del personaje. Vemos, a través de estos ojos un alma cándida. En lugar de ácido, Paco Roca usa el sentido común como arma. Y así es como conocemos a su pareja, sus amigos y sus familiares, a los que pone como nombre los signos de zodiaco. Los temas son diversos: el amor y el desamor, el trabajo, el estrés, el gimnasio, la crisis de madurez, las manías y las diferencias en la forma de ver la vida. No hacen falta grandes extravagancias: la vida cotidiana está llena de anécdotas dignas de ser plasmadas.

El cómic invita más a la sonrisa que a la carcajada. Nos reímos sanamente de nosotros y del mundo. Paco Roca es un atento observador de lo que le rodea y de sí mismo.  Con este cómic, se nos abre y nos permite conocer sus virtudes y sus defectos, tal y como él mismo los ve. A pesar de la sencillez, el cómic goza de una gran calidad. Estamos ante un cómic amable y sencillo que, sin pretensiones, consigue hacernos pasar un buen rato.

 Como noticia, quiero añadir que a finales del mes que viene, se publicará una nueva obra de Paco Roca: Los surcos del azar.

 

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El invierno del dibujante, de Paco Roca

El Faro, de Paco Roca

El Faro, de Paco Roca

El faroHay ciertos autores a los que con tan sólo leer un par de obras ya fijas como un valor seguro en tu estantería. A Paco Roca lo descubrí, como la mayoría de la gente, gracias a la popularidad de Arrugas y no tardé mucho en darme cuenta de que tenía que leer todo lo que pudiera de él. Lo estoy haciendo poco a poco, salteando su lectura con la de otras obras (hay que ir combinando, la lista de libros pendientes crece cada día). Esta vez le ha tocado el turno a El Faro (Astiberri).

El Faro, como cuenta el propio Paco Roca, surge de la historia que le contó el abuelo de una amiga que luchó en la Guerra Civil y tuvo que huir a Francia. El protagonista del cómic es un joven soldado del bando republicano que intenta huir a Francia. Encuentra cobijo en un viejo faro de la costa catalana, donde el farero lo acoge. Ambos convivirán una temporada en el faro, y el anciano intentará transmitir su ilusión por la vida al joven soldado, quién ha perdido la capacidad de soñar en la guerra. El mensaje es claro: «No se puede ir por ahí, a la deriva, sin un sueño», dice el anciano. Poco a poco, el joven será capaz de soñar y luchar por sus sueños.

El viejo farero nos recuerda una y otra vez los clásicos literarios marinos que nos hicieron soñar de pequeños: piratas, Ulises, Julio Verne, Moby Dick, Gulliver y sirenas nos sumergen en nuestra infancia y consiguen que el personaje nos parezca realmente entrañable. Su empeño por encontrar la isla de Laputa es un claro ejemplo. Todo junto consigue incluso hacerte ver que el mundo puede llegar a ser muy mágico si realmente queremos que lo sea.

La historia tiene un ritmo pausado, como si fuera un cuento. Pero es un cuento de dimensiones épicas en el que se narra el viaje interior de un personaje que se ha visto alejado forzosamente de su hogar. Las continuas referencias a los grandes viajeros de la historia de la literatura se presentan como una referencia obligada para el aprendizaje que debe llevar a cabo el joven soldado, guiado por su mentor. Todos y cada uno de los viajantes descubren que realmente no importa el destino, lo importante es lo que aprendes en el camino mientras no apartes la vista de tu meta. El Faro es un homenaje hacia esa tenacidad de la que hablan los relatos de viajeros y soñadores; un canto a la libertad y a la paz.

Al final de la edición que he leído (la tercera) aparecen unas páginas en las que el mismo Paco Roca nos explica cómo, cada vez que se hace una nueva edición, revisa, corrige y “repeina” sus obras, cambiando aquí y allí algunas viñetas y diálogos. Realmente preocupación para presentar un buen trabajo se nota y sus lectores lo agradecemos. Esto me ha hecho pensar en el último cómic suyo que leí (El invierno del dibujante) y en cómo han cambiado las cosas desde entonces, un tiempo en el que los dibujantes no tenían derechos sobre sus dibujos y las editoriales podían hacer lo que quisieran con los dibujos sin ningún permiso del autor. Precisamente fue la lucha por sus sueños de los cinco dibujantes rebeldes lo que empezó a cambiar la situación hasta llevarnos a donde está ahora. En el fondo todo trata de lo mismo, ¿no?

 

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