El corredor del laberinto, de James Dashner (y la adaptación de Wes Ball)

9788493801311Vi hace un par de meses el trailer de la película basada en este libro y me entraron muchas ganas de leerlo. Pero como siempre, otros libros con más prioridad se han ido avanzado y lo he terminado leyendo deprisa para terminarlo el martes y ver la película el miércoles.

Ambas versiones me han gustado mucho y me lo he pasado muy bien con ellas, pero, como suele pasar, con el libro lo he disfrutado mucho más. Si veis la película antes y os gusta, leed el libro. De verdad. Podéis pensar que no vale la pena, que ahora ya sabéis de qué va la historia y cómo termina y todo, pero lo cierto es que hay muchas diferencias entre el libro y la película, en cómo se resuelve el laberinto y en muchísimos detalles que le dan profundidad a la historia. Pero no os voy a spoilear.

La historia comienza cuando Thomas se despierta en un ascensor que lo sube hasta un claro en el que lo reciben bastante hostilmente una cuarentena de adolescentes (todos chicos). Thomas se siente confundido y no es capaz de recordar trailer-final-de-el-corredor-del-laberinto-en-castellano-y-poster-originalabsolutamente nada de su vida anterior a la llegada al Claro. Excepto su nombre (en la película, en un primer momento, ni siquiera eso). La confusión aumenta al darse cuenta de que el Claro está rodeado de unos muros altísimos con cuatro aperturas que llevan a un laberinto. La principal norma es directa y sencilla: nunca, bajo ningún concepto, debe entrar en el laberinto, pues ahí es donde se esconden los laceradores, unos seres repugnantes y peligrosos, mitad animal, mitad máquina. El libro transmite la sensación de miedo y de asco de una forma verdaderamente increíble. El resto de información lo tendrá que ir sacando con mucha paciencia e insistencia, lo que le causa más confusión y ansiedad. En la película esto se lo ahorran para ir rápido, pero es que, de hecho, es una parte del libro que se hace innecesariamente pesada. Es bastante absurda: si lo que quieren es salir de ahí, ¿por qué no iban a querer contarle todo lo que saben y que así pueda ayudar de alguna forma? Luego, por suerte, el ritmo se hace ágil y ya no puedes soltar más el libro.

El caso es que la llegada de Thomas es diferente y parece desencadenar una serie de cambios en la rutina a la que estaban acostumbrados los clarianos. Normalmente, una vez al mes, el mismo día a la misma hora, sube la Caja y les trae un nuevo compañero, siempre un chico, acompañado de provisiones. Pero al día siguiente la caja sube a una chica inconsciente con una nota en la mano que dice que ella es la última. Las puertas del laberinto dejan de cerrarse por las noches, dejando vía libre a los laceradores: el final ha llegado y ahora deben jugarse más que nunca el todo por el todo para encontrar una salida.

Thomas es un protagonista bastante estereotipado: un chico inteligente y curioso que destaca por su insistencia suicida en sacrificarse por los demás. Sin embargo, hay personajes secundarios muy carismáticos en este libro. Mi favorito es Newt, que (gracias) en la película lo interpreta Thomas Brodie-Sangster, que es ideal para el papel (y ya que estoy, quiero que sea Kvothe en la adaptación a la tele que harán de El nombre del viento). Newt es el segundo al mando, un chico sensato, prudente e inteligente. Luego están Alby, el lider, que es gruñón y desconfiado; Chuck, el chico más joven e inocente, muy charlatán e incluso pesado, que quiere regresar con una familia que no recuerda; Minho, un chico también muy valiente que es capaz de reconocer los propios errores y los aciertos de los demás; y Teresa, la única chica y la clave para resolverlo todo. Estos son los personajes que más destacan.

La historia trata sobre la necesidad de vencer el miedo para seguir adelante. Trata también sobre la necesidad de confiar en los demás. Sobre la importancia de establecer y cumplir las normas, pero también de saber cuándo saltárselas. La pregunta que te sobreviene a la cabeza continuamente es ¿por qué?. ¿Cuál es el motivo que justifica el sufrimiento al que están sometidos estos chicos? El final es sorprendente, interesante y resuelve muchas dudas, pero abre aún muchísimas más y nos deja con ganas de leer/ver la continuación.

El libro lo ha escrito James Dashner y lo edita Nocturna Ediciones. La película la dirige Wes Ball. No os perdáis ni la peli ni (sobre todo) el libro. Que además, aprovecho para decir que en versión Kindle está a un precio muy razonable.

Os dejo el book trailer en inglés subtitulado (que me parece súper inquietante) y el trailer de la película en castellano:

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Bajo la misma estrella, de Josh Boone

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Ya os dije cuando leí el libro que iría a ver la película en cuanto saliera pero que no tenía muchas esperanzas puestas en la adaptación. Pues bien, me equivocaba. Estamos ante una adaptación de lo más digna dirigida por Josh Boone.

Hazel Grace (Shailene Woodley) es una adolescente con cáncer de pulmón preocupada por qué ocurrirá con aquellos que la quieren cuando muera. Es por ello que cuando Augustus Waters (Ansel Elgort), que se ha librado recientemente de un osteosarcoma, se empeña en manifestar su amor por ella, ella no puede más que intentar alejarlo infructuosamente.

Estamos ante un drama adolescente muy lacrimógeno, pero inteligente. Se mantiene dentro de los límites de la sensibilidad emotiva y fuera de la vulgaridad sentimentaloide. Lo importante no es la enfermedad, sino los personajes en sí. Éste es su punto fuerte y lo es porque parte de una novela que rechaza convertirse en una sarta de tópicos sobre el cáncer. La película es divertida, cálida y emocionante y se centra en celebrar la vida, aún cuando la muerte está continuamente en escena.

Si le veo un problema es a lo poco aprovechado que está el personaje de Isaac, el chico con cáncer en los ojos. Isaac fue para mí uno de los personajes favoritos del libro y la verdad es que lo he echado de menos en la película. Quiero decir que sí, sale, pero no es ni la mitad de entrañable que en el libro y se convierte en un payaso cuya única función es dar toques de humor absurdo a la historia. 

Rio 2, de Carlos Saldanha

Rio 2Estos días me ha tocado hacer de canguro de la pequeña de la familia, a la que me llevé al cine. Entre las películas de la cartelera ella eligió Rio 2. No he visto la primera parte, así que no voy a comparar. Por lo que he leído va de un guacamayo azul domesticado que es el último macho de su especie y que hay que emparejar con la última hembra para asegurar la continuidad de la especie. En esta segunda parte, los dos guacamayos descubren que puede que haya más de su especie en el Amazonas y comienza un viaje junto con sus 3 hijos y algunos amigos en búsqueda de los demás.

Él es Blu y ella es Perla. Él es una pájaro domesticado, patoso y acostumbrado a la comodidad y a la tecnología. Ella es salvaje, decidida y aún recuerda su vida en la selva y a su familia con melancolía. Además, está preocupada por el hecho de que sus hijos crezcan en un ambiente tan antinatural como el de la ciudad. Así que, cuando en la tele se insinúa la posibilidad de que una colonia de guacamayos azules siga sobreviviendo en el Amazonas, no para hasta que consigue emprender el viaje. Allí es donde ambos se encontrarán al padre de la novia, al que ella daba por muerto. Blu tendrá problemas por encajar y su suegro no se lo pondrá fácil. Es muy divertido ver al pájaro peleándose con el GPS que lleva en su riñonera o blandiendo una navaja suiza para defenderse. Pero en la selva estas cosas son poco útiles y tendrá que aprender a usar el pico, las alas y el sentido común para sobrevivir.

Hay otros animales graciosos, como la malvada cacatúa que quiere ser una estrella y que busca la venganza por algo que ocurrió en la anterior entrega. También es graciosa la rana venenosa enamorada de la cacatúa, pero que no puede tocarla por el peligro mortal que ello conlleva.

La verdad es que no es una película demasiado imaginativa. Simplemente mezcla la preocupación por la maltratada naturaleza que hay en muchas películas infantiles con el argumento de películas de humor como Los padres de ella. De hecho, no sé si es cosa mía, pero me da la sensación que el guacamayo suegro se parece un poco a Robert De Niro. Por otro lado, estamos ante una película visualmente espectacular, con mucho color y números musicales con coreografías caleidoscópicas y el Carnaval brasileño de fondo. Energía y vitalidad son los ingredientes principales de la película.

La película pinta bastante divertida, y a menudo lo consigue, pero también decepciona. La música, el ritmo y el color no consiguen enmascarar una película demasiado vuelve rutinaria y previsible.

 

La LEGO película, de Phil Lord y Christopher Miller

La LEGO películaLego tiene ya más de ochenta años. Seguro que todos habéis oído hablar de su origen, pero no está de más recordarlo. Todo empezó con un humilde carpintero danés que hacía juguetes y que, al quemarse su carpintería y abrir una nueva, comenzó a hacer figuras de madera en miniatura. Con el paso de los años pasó a usar plástico y luego plástico ABS para eliminar la toxicidad. Tuvo un gran éxito, ya que permitía a los niños desarrollar su imaginación para crear mundo a su antojo para jugar a lo que más les apeteciera.

La imaginación es, pues, el punto fuerte de Lego. Si puedes imaginarlo, puedes hacerlo. Y los creadores de La LEGO película, dirigida por Phil Lord y Christopher Miller, lo han sabido ver muy  bien, dando lugar a un desmadre continuo, plagado de construcciones, destrucciones, cameos, referencias, humor y acción. Estamos ante una película inteligente, que no trata al espectador como tonto y que puede ser disfrutada por personas de todas las edades.

El protagonista es Emmet, una figura de Lego completamente normal y anodina, fiel a las normas y feliz. De pronto, es identificado como «el especial», la persona más extraordinaria y más inteligente, el único capaz de salvar el mundo de Megamalo, un villano, al que molesta el mundo en constante cambio y desorden de Lego y que pretende acabar con ello. Emmet, por supuesto, no está preparado para la aventura. En seguida conectamos con Emmet, pero también con el resto de personajes, todos ellos muy carismáticos. Podemos ver a Superman, Gandalf, Han Solo, C3PO y, por supuesto, a Batman, que se ríe de sí mismo de una forma genial. Especialmente entrañables son también el policía bipolar, el Unigato y el astronauta.

Todo encaja y también lo hace con el espectador, que, como hemos dicho, puede ser de cualquier edad. Así como los niños verán una historia de acción en un universo basado en uno de sus juguetes favoritos, los mayores podrás disfrutar de otros matices, como las bromas sobre el comportamiento cuadriculado y conformista de los habitantes del mundo Lego y la crítica implícita que, en cierta manera, parodia el mundo en el que vivimos en el que procuran distraernos en el consumismo para que no veamos otras cosas más importantes. El consumismo, el abuso de poder y la política autoritaria son criticados a lo largo del film. Todo esto lo expresan con la canción «Todo es fabuloso»: divertida y pegadiza a más no poder.

Lo importante es el juego, llevado a la pantalla con gran agilidad. La imaginación es el tema principal de la película, que nos enseña a confiar en nuestras propias ideas, por mucho que creamos que no son originales o interesantes. El juego con los personajes, con los guiños y los homenajes, por un lado, como con el universo Lego, sus posibilidades y sus limitaciones, por el otro, son los ejes que vertebran la película. Muy graciosos son también los auto-homenajes a los diferentes mundos de Lego, como la edad media, los piratas o el oeste.

Aunque ir a ver una película hecha con Lego de entrada nos hace sospechar, os recomiendo verla. El ritmo es estable, la stop-motion simulada es alucinante, la película es cálida e ingeniosa y está llena de detalles graciosos e inteligentes, los personajes actúan con lógica y son realmente entrañables. No se me ocurre nada malo que decir, igual aún estoy deslumbrada, pero creo que estamos ante una de las mejores películas de animación que he visto nunca. Maravillosa. Todo es fabuloso.

Os dejo el trailer de la película:

Y la canción «Todo es fabuloso»:

El hobbit: la desolación de Smaug, de Peter Jackson

El hobbit. La desolación de SmaugHacía ya un año que no viajábamos a la Tierra Media de la mano de Peter Jackson y realmente apetecía ver cómo continuaba la aventura del hobbit, los trece enanos y el mago gris. Por fin han llegado las fiestas navideñas y, con ellas, podemos acudir a la gran pantalla a ver El hobbit: la desolación de Smaug.

Pensaba que esta entrega sería floja y se alargaría como un chicle porque, al fin y al cabo, la historia que se cuenta en El hobbit es breve y no da, ni de lejos, para tres películas. Pero los guionistas han sido hábiles y han añadido nuevas tramas y personajes que no desentonan con el ambiente del cuento y ayudan a dar la sensación de que la historia avanza. Consigue poner el drama en marcha desde el inicio y mantenernos en vilo incluso cuando la película termina, dejándonos con ganas de que el 2014 pase rápido y podamos ver ya la tercera entrega.

Bilbo Baggins (Martin Freeman) prosigue su aventura junto a trece Enanos, liderados por Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage), para recuperar la Montaña Solitaria y el Reino de Erebor. Después de haber conseguido llegar a avistar la Montaña, aún les queda camino por recorrer: se toparán con un cambiador de piel, con una colonia de arañas gigantes, con orcos y con elfos, hasta llegar a la Ciudad del Lago, desde donde partirán para finalmente, encontrarse con el dragón Smaug. Los obstáculos y las aventuras se interponen dándole ritmo al film. Gandalf (Ian McKellen), como viene siendo habitual, se separa del grupo para cuidarlos desde lejos librando sus propias batallas.

Los personajes ganan en esta película, respecto a la anterior. Vemos la evolución de Bilbo, quien como a poco va encontrando en sí mismo valor y seguridad, a la vez que se empieza a oler la corrupción de Thorin. Los enanos ganan personalidad y, al acabar la película somos capaces de diferenciar a un par o tres de ellos (todo un logro respecto a la anterior película).

Hay en la película una clara intención de enlazar El hobbit con la trilogía de El Señor de los Anillos. Ya se olía en la anterior película, en la que veíamos a Frodo en la fiesta de cumpleaños de Bilbo, a Gandalf y a Galadriel preocupados por una oscuridad creciente… En esta película el enlace es  obvio: vemos el ojo de Sauron, el ejército creciente de orcos, Bilbo empieza a ser rastreado cuando se pone el anillo,… ¡incluso vemos a Legolas hablando con el padre de Gimli!

El dragón está muy bien conseguido y los añadidos no chirrían, lo que es de agradecer. La elfa Tauriel (Evangeline Lilly) no aporta en sí nada interesante, pero sirve de motor para lograr cambios interesantes en otros personajes como Legolas (Orlando Bloom) o el enano Kili (Aidan Turner). Tampoco sabemos muy bien cuál es la función de Legolas en la historia, aparte de dar saltitos gráciles como una mariposa no hace mucho más, pero nos alegramos de verle. Tal y como ocurría en la anterior entrega, tenemos la sensación de reencontrarnos con viejos amigos, y eso es bueno.

El final no es, ni de lejos, un final, por lo que no me arriesgo a la hora de valorar la película. Habrá que ver la siguiente para valorar el conjunto. De momento puedo decir que, con esta parte, lo he pasado bien.

Grand Piano, de Eugenio Mira

Grand pianoDesde que vi por primera vez el trailer de Grand Piano he estado deseando ver la película dirigida por el alicantino Eugenio Mira. Dado que la protagoniza Elijah Wood, me sorprendió ver que la película ha sido dirigida por un español y rodada en Cataluña (relativamente cerca de donde vivo, de hecho). Es una buena noticia el darte cuenta de como están cambiando las cosas poco a poco hacia bien para nuestra producción fílmica.

Hecho este inciso, vamos a hablar de mis impresiones respecto a la película. Normalmente no suelo poner trailers al inicio del post, pero hoy haré una excepción, ya que el trailer me atrajo desde un principio y fue el que definitivamente me empujó a ver la película. Para los que aún no lo hayáis visto o necesitéis refrescar la memoria, miradlo primero:

No sé qué tienen los pianos que los hace tan fascinantes, pero desde luego el hecho de que la historia gire alrededor de un piano la hace mucho más interesante. El planteamiento recuerda a La última llamada (Phone Booth), pero rodeado de elegancia y buena música. La imagen de la orquesta y el pianista en un escenario rojo y negro es tan bella, que aunque no varíe demasiado, no te cansas de mirarla y remirarla desde los múltiples ángulos en que se nos muestra. Y como colofón tenemos a los ojos de Elijah Wood, que parecen hechos para mostrar el pánico como ningunos otros.

Belleza, belleza y más belleza son lo que elevan a este film de entre la media. El argumento en cambio es bastante simple y por momentos hasta roza el absurdo. No quiero desvelar gran cosa, así que voy a ser breve: Tom Selznick (Elijah Wood) vuelve a los escenarios tras fracasar hace 5 años interpretando La Cinquiette, la pieza imposible creada por su ya difunto maestro. Debido a ello tiene una gran inseguridad y un pánico escénico que roza la fobia. No obstante ha decidido volver a los escenarios, eso sí, sin interpretar la pieza que lo hizo estrellarse la última vez. Sin embargo hay alguien entre el público decidido a hacer lo que sea para que Selznick la toque otra vez, ahora sin cometer ningún error.

La película deslumbra visualmente, con una escala cromática que se reduce al rojo, ocre, negro y blanco durante gran parte del film y que ayuda a enfatizar el sufrimiento del protagonista. Elijah Wood se sale en que es uno de los mejores papeles que ha hecho hasta ahora. Podemos ver claramente como la angustia del personaje va creciendo, sabemos cuando se le ocurre una idea, tememos por su miedo escénico e intentamos entender junto con él por qué ha de morir si falla al tocar una pieza imposible. El resto de personajes están allí solo para acompañar.

Hay que aplaudir al responsable de la banda sonora de la película, Víctor Reyes. La banda sonora es lo que le da el ritmo a una película en la que, si esto fallara, no habría nada más que hacer. No esperéis ver demasiada acción. Esto no es una película de acción: es una película de crecimiento y de superación, en la que el personaje principal tiene que enfrentarse a los miedos que le impiden avanzar bajo una presión añadida, descubriéndose a sí mismo en el proceso.

Gravity, de Alfonso Cuarón

GravityHacía ya dos meses que no iba al cine. Y es que tampoco he visto ningún tráiler que me llamara la atención. Pero no podía ignorar el revuelo que se ha formado con la última producción de Alfonso Cuarón, por lo que el fin de semana pasado vi Gravity.

A pesar de lo que había oído, no fui muy convencida. El tráiler me auguraba muchos nervios, tensión y sufrimiento, por lo que me temía que se me hiciera eterna. Nada más lejos de la realidad, se me ha pasado volando. Cuando se encendieron las luces de las salas no me podía creer que se hubiera terminado. El desenlace es tan rápido que no da tiempo a descansar antes de que termine la película.

Y descansar lo digo con todo su peso, pues ésta es una película que te deja cansado físicamente. La tensión, la falta de aire que vive la protagonista una y otra vez, el miedo,… todo termina por agotarte.

El argumento es muy sencillo: durante un paseo espacial reparando un satélite, dos astronautas, Ryan Stone (Sandra Bullock) y Matt Kowalsky (George Clooney), sufren un accidente debido a una lluvia de basura espacial y se alejan peligrosamente del satélite. La autosuperación por la supervivencia, la odisea por regresar a la nave y a casa y los problemas de comunicación con la Tierra son los principales hilos que guían la historia.

Aún con la sencillez del argumento, éste resulta más que suficiente, es creíble y, además, queda compensado con un espectáculo visual único, que nos lleva al espacio, nos corta la respiración y nos sobrecoge. Los efectos visuales están más que logrados. Y el sonido también: las explosiones son mudas y lo que más oímos es la falta de aire de la protagonista. La angustia y el miedo se nos transmiten gracias a los silencios, combinados con las fuertes inspiraciones de esta doctora que se halla perdida y sola en la inmensidad más absoluta.

Si hay un problema en la película es lo planos que son los personajes. Matt Kowalsky es un veterano, un viejo lobo de mar, un héroe intachable, seguro de sí mismo y seductor. Ryan Stone es una mujer que trata de ser fuerte tras haber sufrido una gran pérdida. Dos estereotipos muy trillados, que quedan medio camuflados en la grandeza del espectáculo al que asistimos. Es una lástima, si los personajes hubieran tenido más dimensiones, ésta sería seguramente una película inolvidable.

Animales fantásticos y dónde encontrarlos, de Newt Scamander (por J.K. Rowling)

Animales fantásticos y dónde encontrarlosHace ya unos días, revisando los blogs que leo habitualmente me encontré con una noticia curiosa: J.K. Rowling va a escribir un nuevo guión para la saga Harry Potter para Warner Bros. Sólo leer el titular me asaltaron un montón de preguntas sobre lo que iba a hacer: ¿una película con la vida de los magos ya adultos? ¿Sobre sus hijos en Hogwarts? ¿Sobre Lily y James Potter? ¿Sobre el padre y sus tres amigos (Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew)? ¿Sobre Dumbledore? Hay en la sagas tantos personajes en los que seguir explorando, que nunca se me hubiera pasado por la cabeza que iba a ser sobre uno de los libros de texto que Harry y sus compañeros usaban en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

¿Cómo? Sí, tal y como habéis leído. La nueva película va a ser sobre Animales fantásticos y dónde encontrarlos, el libro de Newt Scamander que supone toda una referencia tanto para los estudiantes del mundo mágico como para aquellos que quieran saber cómo librarse de una plaga de gnomos de jardín.

En 2001 J. K. Rowling decidió traer a nuestro mundo dos de los libros que aparecen en el universo de Harry Potter: uno de ellos es el que hemos mencionado ya, y el otro es Quidditch a través de los tiempos (ambos libros fueron escritos como parte de una acción solidaria para Comic Relief). Hace ya bastantes años que tengo los dos libros, pero en su momento me dio pereza leerlos, así que quedaron pronto enterrados bajo la montaña de libros de mi habitación. Pero al enterarme de la noticia, he decidido rescatarlo para indagar en él e intentar averiguar en qué puede estar pensando J.K. Rowling.

El libro es un brevísimo diccionario de animales fantásticos, ordenados por nombre alfabético y con una leyenda que indica el grado de peligrosidad de cada uno. Cada entrada tiene una breve descripción física del animal y una explicación sobre sus costumbres, su alimentación y otras curiosidades. Consta de una introducción escrita por el mismo Albus Dumbledore y de notas escritas a mano de Harry y Ron (dado que simula ser el libro de Harry).

Parece ser que la película va a situarse 70 años antes de Harry Potter y la piedra filosofal y que tratará sobre la vida del magizoólogo Newt Scamander. Yo, por mi parte, tengo mucha curiosidad para ver qué va a salir de todo esto, pero no estoy demasiado optimista al respecto. Y vosotros, ¿qué pensáis de la idea? ¿Creéis que es una sobreexplotación de la saga o tenéis ganas de seguir explorando el universo mágico? ¿Pensáis que en el universo de Harry Potter hay otros temas que merecen una mayor profundización?

Ahora me ves, de Louis Leterrier

Ahora me vesAcérquense.  Porque cuanto más crean ver, más fácil será engañarles.” Esta es la premisa con la que empieza el tráiler de Ahora me ves, dirigida por Louis Leterrier  y es la que guía toda la acción de una película en que unos magos actúan como trileros, engañando a la policía, al público y a nosotros mismos continuamente para que lo único que sepamos con certeza es que la pelota nunca está en el vaso que creemos.

El argumento es interesante: cuatro magos reciben una invitación para entrar en una especie de club secreto, pero antes tendrán que unirse bajo el nombre de “Los cuatro jinetes” para pasar una serie de pruebas. Éstas consisten en montar una especie de espectáculos que aprovecharán para actuar de Robin Hood, robando grandes fortunas para repartirlas entre los afectados por la crisis. Los carismáticos ladrones se aprovechan de sus habilidades como coartada: la policía tendría que creer en la magia para acusarlos.

Los actores que representan a los magos (Jesse Eisenberg, Isla Fisher, Woody Harrelson y Dave Franco) se muestran bien sincronizados, lo que destila una especie de buen rollo que consigue que empaticemos con todos ellos. Cada uno de los magos está especializado en un campo diferente, por lo que el equipo tiene un gran potencial. Otro de los problemas es el ridículo papel que se le da a alguien como Morgan Freeman, completamente desaprovechado (enseguida te das cuenta de que lo han puesto ahí como reclamo publicitario) como un frustrado mago retirado cuyo único papel es explicarnos cómo se ha hecho cada uno de los trucos.

La película es entretenida y no aburre en ningún momento. El problema es que promete acción e ingenio y de lo primero tiene mucho, pero de lo segundo no tanto. Cuando vemos el tráiler esperamos ver algo a la altura de El ilusionista pero no lo consigue, pues no llegamos a creernos muchos de los trucos que aparecen en pantalla. Aun así, las intenciones que se esconden tras las acciones de los cuatro magos nos mantienen atentos, esperando desenmascarar al genio que lo ha ideado todo. Le falta esa verosimilitud para acabar de sacar partido a lo que nos plantean.

La falta de verosimilitud viene dada por una exageración de efectos especiales que terminan por saturar. Los trucos que funcionan mejor son los más simples, aquellos que hacen los magos al inicio de la película, cuando aún no trabajan juntos, y en la comisaría, durante los interrogatorios.

En resumen, ésta es una película que decepciona porque de entrada pone el listón muy alto. Aun así es entretenida y te hace pasar una muy buena tarde; eso sí, siempre que vayas dispuesto a dejarte sorprender sin más. Yo, personalmente, me lo he pasado muy bien viéndola.

Pacific Rim, de Guillermo del Toro

Pacific RimAyer prácticamente me arrastraron a la sala de cine para ver Pacific Rim. La película olía desde lejos a un espectáculo visual vacío. Después de verla tengo que decir que es mejor de lo que esperaba, pero sigue siendo muy olvidable.

Dirigida por Guillermo del Toro, Pacific Rim es una costosa epopeya de ciencia ficción presupuestada en más de 200 millones de dólares en la que robots pelean contra monstruos para evitar el apocalipsis al más puro estilo de las monster movies japonesas (como Godzilla, por ejemplo). Precisamente es en el mercado asiático donde la película está cosechando su mayor éxito.

Nos encontramos ante un espectáculo destructivo, lleno de luces y color. El argumento es simple: en 2020 recibiremos ataques de alienígenas enormes (kaijus) que, contra todo pronóstico, no vienen del cielo sino que surgen del Pacífico, a los que deberemos combatir con robots enormes (Jaegers), que se conectan neuronalmente con su piloto, al estilo Evangelion. Mover un Jaeger supone un gran sobreesfuerzo, por lo que para cada robot se necesitan dos pilotos: cada uno de ellos se encarga de un hemisferio del cerebro. Pero para ello ambos pilotos tienen que estar completamente compenetrados.

Realmente la lucha de titanes se disfruta. El problema viene de un argumento vacío, con personajes planos y un final sin sorpresas. La falta de profundidad es el gran problema de un film en el que en seguida puedes prever qué personajes llegarán vivos al final. Los personajes no consiguen hacernos empatizar, por lo que, muertes que deberían ser algo más sentidas por el público, simplemente nos dan igual. Pienso que deberían haber hecho hincapié en la estrecha relación que se establece entre los pilotos que comparten un mismo robot, pues aunque lo dicen, realmente no vemos que haya para tanto. Especialmente cuando vemos una de las parejas que se forman al final y que justifican con un: “como es hijo de… seguro que es compatible emocionalmente conmigo”. Y se quedan tan anchos.

El sentido del humor le da un toque especial al film. Es gracioso, por ejemplo, ver como la sucesión de golpes entre monstruos y robots da pie a un efecto mariposa que termina con la activación de un péndulo de Newton (aunque el efecto es muy forzado hace gracia por lo inesperado del detalle). O también son divertidos los dos científicos locos, el personaje de Ron Perlman y el cameo de Santiago Segura.

Es una película adolescente, casi infantil en cuanto a argumento (aunque tampoco la recomiendo para niños, algunas partes pueden darles miedo), de aquellas que hacen soñar a cualquier niño de 12 años con ser piloto de una de esas máquinas. Se puede disfrutar siempre y cuando no se le exija demasiado a nivel argumental o de desarrollo de los personajes. Como mínimo te asegura no aburrirte durante dos horas, pero no pidas más: es una película en la que tienes que simplemente dejarte llevar.