El mar infinito, de Rick Yancey

el-mar-infinito_rick-yancey_libro-MONL225Hace un tiempo leí La Quinta Ola. de Rick Yancey (¿os acordáis?) y al día siguiente fui a comprar la segunda parte, El mar infinito. Esta segunda parte la leí en nada, teniendo en cuenta mis horarios actuales. Si no recuerdo mal, lo leí en tal solo 3 días.

Los Otros siguen intentando exterminar la humanidad mientras que Cassie, su hermano y sus compañeros esperan la llegada de Evan Walker. No saben ni siquiera si está vivo, pero en un mundo como el que viven, las promesas adquieren un carácter casi sagrado, y él ha prometido volver. Pero estar parados no es una buena idea, y cada día que pasa se vuelve más peligroso. La presión aumenta.

Tras descubrir lo que en realidad se esconde tras el reclutamiento masivo de niños y conseguir huir de la base militar, los protagonistas están a punto de enfrentarse a la quinta ola. Y, por ello, se preguntan: ¿qué puede ser peor que todo a lo que han sobrevivido? ¿Cómo podrán enfrentarse a ellos en el estado en el que se encuentran tras la lucha?

En este libro vemos la lucha de la esperanza contra la desolación, de la fe contra el miedo y del amor contra el odio. La desconfianza como única forma de sobrevivir un tiempo más cada vez es más presente.

En este libro, igual que en el primero, podemos leer la historia a través de la mirada de diferentes personajes (sólo que en este caso hay más voces). Es tarea nuestra averiguar qué personaje habla en cada caso, lo cual le da un toque especial a este libro muy interesante.

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10 libros que compraría en octubre si fuera rica

Aunque con el calor que hace no lo parezca, ya es octubre. Me gusta este mes que me hace pensar en la caída de las hojas, la lluvia y los primeros chocolates calientes de la temporada, pero sin aún ese frío que nos vuelve más perezosos por las mañanas. Como a cada inicio de mes, traigo una lista de libros por leer:

 

1. Momentos de inadvertida felicidad, de Francesco Piccolo

Momentos de inadvertida felicidadEstás en la cola del supermercado, o parado en medio de un atasco, o esperas a que tu novia salga del probador de una tienda de ropa, en fin, que estás algo distraído, cuando, de repente, la realidad que te rodea parece confluir hacia un único punto y hace que éste resplandezca. Y entonces te das cuenta de que acabas de encontrarte con uno de esos momentos de inadvertida felicidad. A medio camino entre Me acuerdo de Perec y las implacables leyes de Murphy, Francesco Piccolo pone al desnudo con despiadado sentido del humor los placeres más inconfesables, los tics, las debilidades con las que todos, tarde o temprano, hemos de bregar. Porque sólo reduciendo a añicos la realidad se logra atrapar por la cola –siquiera un instante– el sentido más profundo de la vida.

 

2. Necrópolis, de Boris Pahor

Necrópolis

Campo de concentración de Natzweiler-Struthof sobre los Vosgos. El hombre que acaba de llegar junto a un grupo de turistas no es un visitante cualquiera: es un ex deportado que regresa al lugar de su encierro. De pronto, frente al barracón y el alambre de espino transformados ahora en museo, afloran los recuerdos. Regresan el hambre y el frío, los golpes y los insultos, la profunda pena por cuantos no sobrevivieron. Las vicisitudes que hablan de un horror que no se puede explicar, pero que va unido a la solidaridad entre prisioneros, a una humanidad nunca del todo derrotada. Un libro autobiográfico intenso y escalofriante, un testimonio de la atrocidad de los campos de concentración nazis, pero también un emocionante documento sobre la capacidad de resistencia y la generosidad del individuo.

 

3. El devorador de hombres, de Horacio Quiroga

El devorador de hombresLas novelas cortas que Horacio Quiroga publicó con seudónimo entre 1908 y 1913 se han visto eclipsadas durante un siglo por su justo reconocimiento como maestro del relato. Al margen de la cuestión de género, estas seis narraciones atesoran todo el poder imaginativo y la destreza literaria de un escritor imprescindible. Son historias fieles a su universo argumental: la aventura, el mundo salvaje, las pulsiones humanas, las fronteras de lo natural o la venganza como reacción contra la injusticia. Luis Alberto de Cuenca afirma en el prólogo que este volumen se edita «a mayor gloria de quienes vemos en Quiroga una reencarnación hispánica del mismísimo Edgar Allan Poe».

 

4. El héroe discreto, de Mario Vargas Llosa

El héroe discretoEl héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto.

Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos. Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas pocas máximas para sentar cara al chantaje. No son justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus ideales y deseos.

 

5. El club de lectura del final de tu vida, de Will Schwalbe

El club de lectura del final de tu vidaMary Anne Schwalbe está esperando el tratamiento para la quimioterapia cuando Will le pregunta qué está leyendo. Esta conversación no tarda en convertirse en tradición: al cabo de poco leen los mismos libros para tener algo de qué hablar en la sala de espera del hospital. Los que escogen van de lo clásico a lo popular, de lo fantástico a lo espiritual, y en sus conversaciones íntimas e inquisitivas percibimos su pasión por la lectura y su amor mutuo.

 

6. El pequeño guardia rojo, de Wenguang Huang El pequeño guardia rojo

Wenguang Huang creció en Xi’an, en la China central, en los años setenta, en plena Revolución Cultural. Cuando tenía nueve años, su abuela comenzó a obsesionarse con su vida más allá de la muerte y con los ritos funerarios que le debían garantizar descanso eterno. Aterrada ante la idea de que la incinerasen, práctica obligatoria en la China comunista, hace prometer a su familia que será enterrada en su aldea natal. Su padre invertirá los pocos ahorros de que disponen en construir un ataúd que Wenguang será el encargado de custodiar. A lo largo de los casi veinte años en los que la familia planea los detalles del entierro, el país sufre las profundas transformaciones sociales y políticas que terminarán por convertirlo en la gran potencia económica del siglo XXI. Huang, un traductor y periodista que emigró a Occidente al terminar sus estudios universitarios, recoge en este libro la historia de su familia durante los últimos treinta años del siglo XX.

7. El sueño de Alicia, de Eduard Punset

El sueño de AliciaAlicia –«verdad», en griego– es el personaje inseparable de Eduardo Punset en esta historia apasionante sobre la vida y la ciencia que reúne el legado científico y humanístico de personas sabias con la osadía de romper barreras y desvelar conocimientos que creíamos imposibles. Conocimientos que logran sumergirnos en la arqueología de las emociones e iluminar habitaciones secretas de nuestra mente.
Ésta es una obra llena de respuestas y de preguntas abiertas. Es también una apuesta de esperanza y de futuro, avalada por los últimos descubrimientos científicos, que Eduardo Punset nos hace llegar a través de un «sueño» donde a menudo ficción y realidad se dan la mano.

 

8.  La chica de Nueva Inglaterra, de Sherwood Anderson

La chica de Nueva InglaterraLos trece relatos que componen este libro, en su mayor parte inéditos en castellano y extraídos de la obra El triunfo del huevo (1921), nos muestran lo mejor de la narrativa de Sherwood Anderson: expresa sentimientos complejos con un estilo sencillo y se rebela contra el conformismo social. Sus historias están llenas de ternura por los personajes descritos, que parecen extraviados en la violencia de la industrialización americana.
Esta obra es similar en muchos aspectos a su libro más conocido, Winesburg, Ohio, sobre todo por su manera de dar voz a los que no la tienen, a esas almas desconcertadas que deambulan por sus páginas de manera fugaz pero conmovedora.
Nada escapa a su visión compasiva de la humanidad y siente especial interés por las clases más desfavorecidas: mujeres, negros y pieles rojas, quienes «aunque hoy hayan prácticamente desaparecido, aún siguen siendo dueños del continente americano… porque en aquellos tiempos ellos amaban la tierra».

 

9. Lo que encontré bajo el sofá, de Eloy Moreno

Lo que encontré bajo el sofá¿Qué ocurre al mover un sofá? ¿Y al mover una vida?
Quizás encuentres objetos -o personas- que ya habías olvidado, un calcetín que se quedó sin pareja o una pareja a la espera, esquirlas de otra vida… o uno de esos secretos que te obliga a pronunciar la frase que lo cambia todo: «tenemos que hablar»

¿Y si movemos una sociedad?
Entonces uno se da cuenta de que vive en un lugar con demasiados gusanos para tan poca manzana. Pero también un lugar donde, al observarnos, descubrimos que somos los primeros en hacer aquello que tanto criticamos.

 

10. La habitación oscura, de Isaac Rosa

La habitación oscuraUn grupo de jóvenes decide construir una «habitación oscura»: un lugar cerrado donde nunca entra la luz. Al principio la utilizan para experimentar nuevas formas de relacionarse, para practicar sexo anónimo sin consecuencias, por una mezcla de juego y transgresión. A medida que van enfrentándose a la madurez con sus decisiones, desengaños y reveses, la oscuridad se convierte para ellos en una forma de alivio.

Con el paso del tiempo, la incertidumbre social y la vulnerabilidad personal se instalan en sus vidas y la habitación oscura aparece entonces como un refugio. La realidad se va filtrando cada vez más al interior, mientras algunos piensan que no son tiempos de esconderse sino de contraatacar, aunque con sus decisiones pongan en riesgo al resto del grupo.

10 libros que compraría en julio si fuera rica

Los parques están llenos de niños con abuelos pacientes, Barcelona ha sido invadida por hordas de guiris que desconocen la existencia de la crema solar y los estudiantes han sustituido las mochilas por las toallas de playa: el verano ya está aquí y la mayoría podemos rozar las vacaciones con las yemas de los dedos (incluso hay afortunados que ya disfrutan de su merecido descanso). Los que aún tenemos que trabajar necesitamos urgentemente evadirnos y es por eso que he decidido que la lista de 10 libros que me gustaría leer en julio va a tener como eje central los relatos de viajes, vacaciones o las historias situadas a lugares donde me gustaría ir.

Buscando a Caleb1. Buscando a Caleb, de Anne Tyler

Buscando a Caleb comienza en un vagón del tren que va de Baltimore a Nueva York. Dentro del vagón hay dos personas, un hombre y una mujer. Él es Daniel Peck, un juez retirado, sordo y canoso. Ella es Justine Peck, su nieta, una joven echadora de cartas que no acaba de encontrar su lugar en el mundo. Ambos esperan dar con alguna pista que los lleve hasta Caleb, el hermano de Daniel, que desapareció sin dejar rastro sesenta años atrás. A partir de este inicio, Anne Tyler nos adentra en la desgarradora e hilarante historia de los Peck y narra la búsqueda de la libertad por parte de una mujer que acabará por hallarla en sus propios orígenes. Una muestra de la desoladora ironía, el ritmo brillante y la genial capacidad de observación que han convertido a Tyler en una de las maestras de la ficción estadounidense contemporánea.

2. Los años de espera, de Fumiko EnchiLos años de espera

Situada en Japón a finales del siglo XIX, “Los años de espera” es un admirable y sensible retrato de la condición de las mujeres en un país todavía inmerso en las viejas tradiciones feudales. Educada para cumplir el rol tradicional de su sexo, Tomo no sólo debe soportar las humillantes infidelidades de su marido, sino que incluso debe aceptar con sumisión el encargo de buscarle concubinas y acogerlas bajo su techo. Primero será la quinceañera Suga, luego vendrá la extrovertida Yuri… Esta novela plena de sutileza y de sentimientos contenidos nos presenta una galería inolvidable de mujeres que suscitan admiración por su entereza.

Colinas que arden, lagos de fuego3. Colinas que arden, lagos de fuego, de Javier Reverte

Diez años después de publicarse Los caminos perdidos de África, Javier Reverte regresa conColinas que arden, lagos de fuego. Las escalas de este nuevo viaje narran su paso por el fantasmal lago Turkana, en el norte de Kenia, por el Tanganika, en Tanzania, o Chitambo, la pequeña aldea de Zambia donde murió David Livingstone y quedó enterrado su corazón.
Javier Reverte, maestro de la literatura de viajes en lengua española, nos relata con una prosa muy personal y alejada de tópicos, su reencuentro con los habitantes y paisajes del África de nuestros días, salpicándolos con pinceladas del pasado del continente negro, del colonialismo europeo y la edad de las exploraciones. Sin caer en el patetismo o la blandura, el autor recoge la cara y la cruz, las sombras y las luces de un continente tan sufrido como hermoso. El humor, la ternura, la épica y la sensualidad se mezclan en este extraordinario libro de viajes de la mano de un escritor inimitable que se ha ganado el afecto de miles de lectores.

4. Casa de verano con piscina, de Herman Koch

Casa de verano con piscinaAutor de gran renombre en los Países Bajos —su anterior novela, La cena, fue Libro del Año y ganó el Premio del Público de ese país—, Herman Koch vuelve con otra estimulante historia de suspense donde una trama tejida a la perfección es el soporte para explorar sin ambages temas tan actuales como la ética profesional, la falsedad de las relaciones sociales o la difícil comunicación entre padres e hijos, así como los límites de la libertad sexual o el sentido de culpa en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.
Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.

5. El esnobismo de las golondrinas, de Mauricio Wiesenthal

El esnobismo de las golondrinasSi en la novela anterior de Wiesenthal, «Libro de réquiems», todo giraba en torno a personajes, en esta ocasión el centro de la narración gira en torno a numerosas ciudades en las que el autor ha residido y narra sobre ellas tanto anécdotas trascendentales como todo tipo de detalles sorprendentes e historias curiosas, siempre relacionadas con el mundo de la cultura. Así viajaremos de la mano del autor por Viena, Sevilla, Topkapi, Roma, Florencia, Paris, Dublin, Versalles, Barcelona, etc. descubriéndonos cosas y rincones insospechados.
Mauricio Wiesenthal es uno de los escritores más variopintos del panorama literario español. Gran conocedor de la cultura del vino, fotógrafo y viajero empedernido, ha cultivado todos los géneros y muchas de sus obras, como la que acabamos de publicar son inclasificables.

6. La viola de Tyneford House, de Natasha Solomons

La viola de Tyneford House«Aquella no era la vida ni el amor que había esperado, pero en cualquier caso era amor.» Primavera de 1938, Viena ha dejado de ser un lugar apacible tras la llegada al poder de los nazis. La única salida es marcharse, pero no es fácil. Elise Landau lo consigue por medio de un anuncio de trabajo: en la mansión isabelina de Tyneford, en la lejana Inglaterra. Hija de un escritor y de una cantante de ópera, hermana de una virtuosa instrumentista, mimada desde su infancia, Elise tendrá que trabajar de camarera. Ella, que siempre tuvo servicio en casa, no sabe cocinar, ni dar brillo a la plata, ni cera a los suelos, ni servir el té. Tampoco se maneja bien en inglés. En Tyneford se enfrentará a los celos y las envidias, a las humillaciones clasistas, pero también descubrirá el amor. Sus únicos lazos con su hogar son las cartas de su hermana y una viola en la que su padre escondió un manuscrito antes de partir. La guerra se acerca, el mundo está cambiando y Elise también.

Londres es la mejor ciudad de América

7. Londres es la mejor ciudad de América, de Laura Dave

Tras abandonar a su prometido en un motel de carretera, Emmy se aísla en un pequeño pueblo de pescadores de Rhode Island. Tres años más tarde, la inminente boda de su hermano Josh la hace regresar a Nueva York. Sin embargo, ahora es Josh, quien jamás había tenido dudas, el que, inseguro por la sombra de otra mujer, contempla echarse atrás en el último momento. A lo largo de veinticuatro intensas horas, Emmy –enfrentada a sus propios temores y emociones pasados– y su hermano se verán obligados a plantearse el significado del compromiso, la lealtad y el amor.

8. Mimoun, de Rafael Chirbes

MimounUn profesor de español llega a Marruecos con el vago propósito de concluir una novela. Se instala en Mimoun, un pueblo del Atlas, y allí se cierne sobre él un extraño tejido de relaciones en el que los personajes se mueven, tropiezan y desaparecen como bolas de un billar americano.

Francisco, Hassan, Aixa, Rachida o Charpent son para Manuel, el narrador-protagonista, seres enigmáticos sobre los que proyecta su propio desconcierto. Pero es Charpent, un misterioso exiliado, quien, con su proceso autodestructor, le ofrece a Manuel el contrapunto más exacto de su propio destino, resumido en las palabras de Rilke: «Oh, Señor, concede a cada cual su propia muerte.»

El Marruecos de Mimoun no es un marco exótico, sino un espacio palpitante y hostil donde los personajes buscan la fuerza necesaria para seguir viviendo. Escrita en un estilo contenido, más sugerente que indicativo, es al mismo tiempo una narración tensa y pasional que no oculta su pretensión catártica. Veinte años después de su primera edición, Mimoun, la primera novela de Rafael Chirbes, que fue tan bien acogida por la crítica y los lectores, sigue brillando en su narrativa como una joya de inquietante belleza.

En las antípodas

9. En las antípodas, de Bill Bryson

Australia es el sexto país más grande del mundo y la isla más extensa. Isla, país, continente. Seco, árido, yermo y climáticamente agresivo. Un país donde el gusano más peludo mata con su venenoso pinchazo, donde las conchas marinas no sólo pican sino que se persiguen, donde un tiburón puede zamparte o unas irresistibles aguas arrastrarte mar adentro. Ignorando estas amenazas, Bill Bryson viajó a Australia y se enamoró del país. ¿Quién podría culparlo? La gente es alegre, ingeniosa y atenta; sus ciudades son seguras, limpias, casi siempre se sitúan cerca del agua; la cerveza está fría y el sol brilla con frecuencia. La vida no puede ser mucho mejor que esto.

10. Un viaje de invierno, de Juan Benet

Un viaje de invierno

Una novela elegíaca, y de trasfondo mitológico, ambientada en Región.

Publicada por primera vez en 1972, Un viaje de invierno supuso un paso adelante en la exploración de nuevos territorios narrativos para la literatura española. Ambientada en el territorio de Región, e inspirada en el mito de Démeter y Hades, la novela retrata los preparativos de la fiesta anual de Demetria en La Gándara por la llegada de su hija Coré. Un viaje de invierno es, además de una hazaña estilística, una novela insólita sobre la desolación y el abandono, sobre el lenguaje y el silencio, sobre el tiempo y el viaje último a la muerte.