Una perspectiva diferente sobre la vejez es lo que plantea Quim Monzó en su cuento «El senyor Beneset». Un anciano que vive en una residencia, se viste y maquilla como una mujer pero tiene erecciones si deja que las enfermeras de la residencia le ayuden a ducharse.
Lleva falda y blusa, se pinta los labios y usa sombra de ojos. No se depila las piernas porqué quizás le supondría un esfuerzo que ya no es capaz de realizar.
El cuento tiene una atmósfera inquietante y de vacío y plantea cuestiones incómodas que preferimos eludir en el día a día. ¿Está bien el abuelo en esa residencia de ancianos? ¿Cómo pasa los días? ¿Qué debe hacer con tanto tiempo y tantas dificultades físicas para hacer nada? ¿Cómo estaré yo a su edad?
La cosmética y la estética en un uso un tanto distinto a los habituales. Esta historia que se encuentra dentro del libro «Mil Cretins» puede remover el interior de muchos, especialmente si se han vivido de cerca situaciones similares a las de sus protagonistas.
-Juliette
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