Seguramente muchos ya habréis oído hablar de él. Antonio La Cava es un maestro jubilado que recorre los pueblos del sur de Italia para acercar la lectura a los más pequeños. Y lo hace de forma muy divertida con un invento suyo: un «bibliomotocarro’. Parece el carrito de un heladero, pero en realidad es una pequeña biblioteca que llega en los pueblos donde no hay una, avisando de su llegada a sus habitantes con el sonido de un órgano.
Lleva libros impresos y libros en blanco para que los niños puedan decidir si leer o escribir. A los niños les suelen gustar más los libros para escribir: son como un juego. El libro en blanco va también de pueblo en pueblo esperando que otro niño le añada un capítulo más a la historia.
Así es como este señor convierte la lectura y la escritura en una pasión, en un juego divertido para los niños y no en una obligación.
¿No os parece adorable? ¿Creéis que es una iniciativa útil? ¿Qué ideas se os ocurren para fomentar la lectura entre los más pequeños?